Con 3,1 millones de enfermos, África representa poco más de tres por ciento de los contagios mundiales.

Por: Roberto Morejón

Si bien África no presenta un cuadro agudo de la pandemia por el nuevo coronavirus, la población tiene razones para inquietarse por el incremento de casos y la carencia de recursos para acceder a vacunas. 

Con 3,1 millones de enfermos, África representa poco más de tres por ciento de los contagios mundiales, mientras que la mortalidad ha sido menor en relación con otros continentes.

Pero una segunda ola causa estragos y ante el surgimiento de propuestas de vacunas a cargo de diversas compañías, los gobiernos africanos sondean precios y tarifas de traslado.

La búsqueda recopiló certezas en virtud de los importes del producto en un mercado compejo.

La Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control de Enfermedades en África advirtieron sobre la carencia en el continente de los recursos financieros y de preparación adecuada para una efectiva campaña de vacunación.

Algunos cálculos hablan del imperativo de conseguir 12 mil millones de dólares para obtener la sustancia previsora, cifra inalcanzable dadas las circunstancias económicas.

El Banco Mundial previó una caída de 3,3 por ciento de la economía al sur del Sahara en 2020 y que los efectos de la COVID-19 perturbarán a los países durante largo tiempo.

La misma entidad recordó que cerca de 40 millones de personas en el llamado continente negro pasarán a la pobreza extrema a causa del impacto de la enfermedad.

En ese escenario adverso se explican las desventajas de África en la carrera por las vacunas contra el SARS-Cov-2 y que solo Guinea pudiera adquirir una cantidad ínfima.

Tanto esa como las restantes naciones africanas deben destinar sus magros presupuestos NO solo a contrarrestar la COVID-19 sino a atender la incidencia de malaria, VIH, tuberculosis, hepatitis y dengue.

No les queda otro camino que depositar esperanzas en Covax, un proyecto público-privado encaminado a facilitar el acceso a los antígenos a la población mundial de forma igualitaria, al cual África se ha sumado.

Pero por ese conducto solo cubrirá una mínima parte de los requerimientos, de ahí que Naciones Unidas vaticine que tan solo 20 por ciento de los africanos pueda protegerse a finales de 2021.

Tienen razón los expertos al llamar la atención de que NO puede abandonarse a África, porque además de ser injusto, la enfermedad debe tratarse allí para cortar la transmisión.