Por: Roberto Morejón

En el mundo aumentaron las críticas contra la injustificada, hipócrita y oportunista decisión de la saliente administración de Donald Trump de retornar a Cuba a la unilateral lista de patrocinadores del terrorismo.

Además del contundente rechazo del gobierno y pueblo cubanos sobresalieron los pronunciamientos en la palestra internacional.

Entre ellos destacó el de la ONU, pues el secretario general Antonio Guterres expresó su discrepancia con la inclusión del archipiélago caribeño en esa relación.

De acuerdo con el portavoz del titular de la ONU , Stéphane Dujarric, Guterres espera que la nueva administración de Estados Unidos considere revocar la decisión.

En el territorio estadounidense, el anuncio hecho por el anterior secretario de Estado, Mike Pompeo, causó reacciones, entre ellas las de  legisladores.

El veterano senador demócrata Patrick Leahy declaró que el terrorismo doméstico en Estados Unidos representa una amenaza mucho mayor que cualquier otra.

La Comunidad del Caribe, Rusia, China, Venezuela, organizaciones solidarias con Cuba y medios de comunicación mostraron una diversidad de posiciones.

Desde la condena explícita pasando por pronunciamientos más diplomáticos hasta análisis sobre el oportunismo de los Trump y Pompeo se escucharon o pudieron leerse.

Con la excepción de la decena de legisladores cubanoamericanos empeñados en asfixiar a los residentes en la mayor de las Antillas,  en el concierto estadounidense y más allá expusieron hasta asombro por el  absurdo y postrero arranque.

Mucho más cuando la comitiva saliente de la Casa Blanca tuvo a su cabeza a un gobernante que estimuló el asalto de terroristas al Capitolio de Washington.

Para los cubanos resulta además de una ofensa una manifestación de cinismo, porque en Estados Unidos se fraguaron muchas de las acciones subversivas contra la nación caribeña.

Cuba presentó una demanda a la nación norteña por los ataques terroristas, muchos de ellos concebidos allí y ejecutados por agentes pagados por la CIA , y que ocasionaron la pérdida de más de 3 mil 400 vidas humanas.

Como denunciara el presidente de la República ,  Miguel Díaz-Canel, Cuba ha sido víctima del terrorismo y nunca patrocinador.

Se trata de una verdad aplastante que Trump y Pompeo nunca podrán rebatir ni siquiera con falsedades.