Por: Guillermo Alvarado

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, repite con frecuencia la frase de que “Estados Unidos está de regreso”, sin duda alguna para desmarcarse de su predecesor Donald Trump, pero al mismo tiempo lanzar una señal equivocada a quienes esperan de verdad un cambio de rumbo en la potencia norteña.

La verdad es que ese país, salvo en algunos temas muy puntuales, nunca se fue de la escena mundial y es mucho más fácil observarlo en una de las aristas más claras de su hegemonía, como es la presencia militar en lugares sensibles.

Europa occidental se mantiene como la región favorita para el Pentágono, no sólo en cuanto a número de efectivos, pertrechos y centros de comunicación, sino que también en cantidad de armas nucleares.

Así lo confirmó un informe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, divulgado en abril de 2019 donde cometió el “desliz” de señalar que 150 ojivas, en particular bombas atómicas del tipo B61, están depositadas en seis bases estadounidenses de Europa.

Se trata de Kleine Brogel en Bélgica, Büchel en Alemania, Aviano y Ghedi-Torre en Italia, Volkel en Países Bajos e Incirlik, Turquía. Una nueva versión del informe difundido poco después “desapareció” este dato.

Más reciente es la advertencia del general ruso Anatoli Sídorov, de que en Polonia se tiene planificado construir infraestructuras militares para albergar hasta 20 mil soldados estadounidenses. En Bulgaria se podrían mantener hasta 5 mil efectivos del Pentágono, agregó.

Todos estos proyectos están íntimamente ligados a la OTAN y forman parte de un intento deliberado de desestabilizar el sistema de seguridad en el continente europeo, aseguró Sídorov.

Algunos recordarán el rumor de que Trump se disponía a reducir su contingente asentado en Alemania. Eso al final no fue más que un rumor, quizás un petardo de humo o un chantaje para que los europeos aporten más dinero a la alianza atlántica, pero al final nunca se confirmó.

En América Latina también avanzan planes militares de Washington y de uno de ellos ha hablado el analista panameño Julio Yao.

Se trata del denominado Centro Regional de Operaciones Navales, CROAN, una nueva variante de Estado Mayor que fortalecerá al Comando Sur, cuya base estará en Panamá y operará con el pretexto de coordinar la lucha contra el narcotráfico y otras formas del crimen organizado.

En realidad su mirada apuntará a Venezuela y al reverdecimiento de gobiernos progresistas y, en consecuencia, de la integración regional. Ojo, amigos, que el hegemonismo estadounidense no regresa, nunca se fue.