Este fue el primer encuentro presencial de la CELAC desde que la Covid-19 hizo
su aparición en el mundo. Foto: Sputnik
Por María Josefina Arce (RHC)
La CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, vuelve a mostrar su valía y su necesaria consolidación como un mecanismo de integración y solidaridad, ante los constantes ataques de Estados Unidos contra países del área y una pandemia que exige acciones conjuntas.
Lo dijo bien claro durante la vigésimo primera reunión de cancilleres del bloque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuando afirmó que "Estados Unidos nunca ha dejado de realizar operaciones abiertas o encubiertas contra los países independientes situados al sur del Río Bravo".
Esa es la realidad que vive el continente, donde con el apoyo de la OEA, Organización de Estados Americanos, y su secretario general Luis Almagro, no cesa Estados Unidos e incluso ha recrudecido sus acciones injerencistas en Nicaragua, Venezuela y Cuba, contra la que promueve un golpe blando y mantiene el bloqueo, aún en medio de las difíciles condiciones que impone la COVID 19.
Ha sido este el primer encuentro presencial de la CELAC desde que la dolencia hizo su aparición en el mundo y contó con la participación de la totalidad de los Estados miembros, en una muestra de apoyo a un mecanismo dentro del cual se han incentivado iniciativas a favor de los ciudadanos y del desarrollo de sociedades más justas.
Bajo su presidencia desde 2020, México le ha conferido un nuevo impulso al bloque, ha buscado los aspectos comunes, lo que nos une dentro de nuestra diversidad, pues es una opción de diálogo, de intercambio y de cooperación, sin injerencias de Estados Unidos.
Simbólico y reflejo de esta voluntad de una mayor unidad ante los difíciles tiempos que corren fue la celebración del encuentro en el emblemático Castillo de Chapultepec, defendido por seis niños héroes cuando la invasión norteamericana de 1847, y el homenaje por el aniversario 238 del natalicio del Libertador Simón Bolívar, quien defendió y luchó por la conformación de una Patria Grande, de todos los latinoamericanos.
Y esta necesidad de trabajar unidos ha quedado también más que evidente ante la COVID-19, que afecta con especial fuerza a la región. Por eso uno de los ejes de la XXI reunión de cancilleres fue buscar acciones para avanzar en las campañas de vacunación, ante el acaparamiento por las naciones más ricas del mundo de los inmunizantes.
En ese sentido, México como presidente pro tempore, envió vacunas a países miembros como Bolivia, Paraguay, Belice y Honduras, entre otros. Una esperanza para el continente lo constituye igualmente que gracias al esfuerzo desplegado Cuba tiene ya una vacuna, 'Abdala', la primera de América Latina y el Caribe, y cuenta con otros cuatro candidatos vacunales.
Primordial, asimismo, es la iniciativa de México y Argentina de producir y envasar inmunos para el área, así como la ayuda médica brindada por Cuba y la donación y distribución, a través del mecanismo, de ventiladores pulmonares.
Igualmente, en este tiempo de pandemia se conformó una red de especialistas para hacer frente a la enfermedad causada por el nuevo coronavirus y se llevó a cabo el intercambio de información y experiencias.
En estos tiempos difíciles de agresiones y pandemia, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños ha demostrado, cómo desde su constitución oficial en 2011, la necesidad de dejar a un lado las diferencias políticas y de trabajar unidos por el bienestar de los 600 millones de habitantes de la región.
