La región no conseguirá vacunar al 80 por ciento de sus residentes este año. Foto: Archivo/RHC
Por Roberto Morejón (RHC)
América Latina y el Caribe presentan con respecto a la vacunación contra la Covid-19 la misma dificultad que en la distribución del Producto Interno Bruto, o sea, la acentuada desigualdad, entre las más agudas en el mundo.
La región solo obtuvo vacunas con todas las dosis para 37 por ciento de las personas, según datos de la OPS, Organización Panamericana de la Salud.
Es decir, en América Latina y el Caribe siete de cada 10 personas siguen sin prevenirse contra el letal padecimiento.
Ante tales evidencias, el organismo insistió en solicitar a países con excedentes -los más ricos-compartir los biológicos.
Está demostrada, lamentablemente, la falta de disposición en ese sentido, salvo honrosas excepciones, pues prevalecen discursos y NO gestos concretos.
Mientras la exhortación se concretaba, las naciones al sur del Río Bravo recibieron la semana anterior 875 mil dosis de inmunógenos contra el nuevo coronavirus, insuficientes para la protección de todos los requeridos.
Mientras Uruguay presenta una extensión de los vacunados de más de 77 por ciento, Haití solo refleja 0,35 por ciento de la población.
Entre las causas de los retrasos en las provisiones salta a la vista el letargo en las entregas mediante el mecanismo de Covax, apoyado por la Organización Mundial de la Salud, abastecido por países y laboratorios.
Los reclamos de la OPS resultan adecuados para una región donde se reportaron en la última semana cerca de 1,2 millones de nuevos casos de la Covid-19 y 24 mil muertes.
Los expertos señalan con preocupación los inconvenientes para llegar con la sustancia salvadora a amplias capas de población dependientes de trabajos informales, hoy más castigados por la crisis derivada de la pandemia.
Como se planteó en la cumbre en México de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el área requiere una mayor cooperación para alcanzar los propósitos de enfrentar en mejores condiciones el SARS-Cov-2.
Cuba ofreció allí su disposición a partir de la producción autóctona de tres biológicos, aceptados localmente para su uso de emergencia.
Pero presumiblemente la región NO conseguirá vacunar al 80 por ciento de sus residentes este año, de ahí el imperativo de una labor mancomunada para llegar a procedimientos más equitativos, mucho más cuando la peligrosa variante delta sigue presente, con su carga de más casos y decesos.
