Cuba se ubicó en los últimos años entre los 35 países con la tasa más baja de mortalidad infantil
Por: Roberto Morejón
Cuba se ubicó en los últimos años entre los 35 países con la tasa más baja de mortalidad infantil, pero la Covid-19 ha dejado secuelas en infantes y mujeres embarazadas.
En el año recién finalizado, la mortalidad infantil ascendió a 7,6 fallecidos por cada mil nacidos vivos, a pesar de la dedicación de científicos y personal de salud, así como la continuidad del programa de atención a gestantes, puérperas e infantes.
Hasta que con vacunas propias Cuba avanzó en la inmunización, el país debió responder a un incremento acelerado en la cifra de enfermos a causa del SARS-Cov-2.
La tendencia aquejó también a grupos poblacionales considerados de riesgo, entre ellos los de edades pediátricas y mujeres encintas.
En 2021 más de seis mil embarazadas y puérperas fueron diagnosticadas con la enfermedad de origen respiratorio y 93 de ellas fallecieron por complicaciones asociadas, para una supervivencia de 98,7 por ciento.
También creció el número de niños enfermos hasta sobrepasar los 176 mil, con 189 decesos, para una supervivencia de 99,9 por ciento.
No se trata de un impacto solo en Cuba, pues la mortalidad infantil pudo aumentar diariamente en el mundo 42 por ciento a causa del nuevo coronavirus, alertaron en diciembre dos Organizaciones no Gubernamentales.
De todas formas, el indicador referido constituye para los cubanos un asunto de gran sensibilidad.
Los expertos ofrecieron explicación oportuna a la opinión pública sobre cómo durante la gestación, las mujeres experimentan transformaciones que provocan la disminución de la respuesta inmune y de la capacidad del sistema respiratorio.
Informaron que gracias a la vacunación no se reportan defunciones de embarazadas y puérperas por la Covid-19 desde octubre pasado, protección brindada también a los niños, pues Cuba fue el primer país en desplegar esa profilaxis en edades pediátricas.
De cara al año en curso, el Ministerio de Salud Pública adopta disposiciones apropiadas en el control del riesgo reproductivo preconcepcional y alienta la promoción y educación para el cuidado y bienestar de las futuras madres y su descendencia.
Cuidarlas de forma diferenciada según sus riesgos y mantener abiertos los Hogares Maternos representan líneas de acción.
Fortalecer la red primaria de salud como eslabón crucial del servicio de atención materno-infantil, también destaca entre las prioridades de Cuba, a pesar de las limitaciones materiales.
