Por María Josefina Arce.
El 22 de octubre marcó una agudización de la llamada "Crisis de octubre". Ese día, hace sesenta años, en un acto abiertamente agresivo, Estados Unidos decretaba un bloqueo naval militar a Cuba, lo que hizo temer a muchos un cercano enfrentamiento.
En un discurso a la nación que buscaba influir a la opinión pública, el presidente John F. Kennedy anunciaba la medida, que justificó con la presencia en suelo cubano de misiles de la entonces Unión Soviética y una supuesta amenaza a la seguridad de los estadounidenses.
Dos días después se materializaria el bloqueo, precisaba el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, en entrevista con el intelectual español Ignacio Ramonet para su libro "Cien horas con Fidel".
Señalan los historiadores, que era este un primer paso de una serie de medidas de corte militar que contemplaban desde un ataque sorpresa contra los emplazamientos coheteriles, hasta una invasión.
Recordemos que meses antes, en febrero, se había oficializado el genocida bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la Mayor de las Antillas.
En esos tensos momentos, el pueblo cubano demostró su cohesión y confianza en la sabia dirección de Fidel, quien había dejado claro que Cuba no tenía obligación de rendirle cuentas a Estados Unidos, al que no le asistía el derecho a decidir la clase y el número de armas que debíamos tener.
Los cubanos se movilizaron para defender la revolución y la soberanía e independencia lograda tras más de cien años de lucha. Fueron puestos sobre las armas alrededor de 300 MIL combatientes con elevado espíritu de lucha, recordaba el histórico líder.
Ya el pueblo había dado muestras de su valentía y firmeza ante una agresión, y de su decisión de no ceder ante ninguna amenaza.
En abril de 1961 en menos de 72 horas, los cubanos derrotaron la invasión mercenaria de Playa Girón, financiada por Washington. Fue una humillación para la administración norteamericana, presidida por Kennedy.
Pero además, los cubanos fueron protagonistas de la hazaña que pasó a la historia como la limpia del Escambray, macizo montañoso de la entonces provincia de Las Villas, donde operaban bandas de contrarrevolucionarios, preparados y financiados por la CIA, Agencia Central de Inteligencia, de Estados Unidos, como apoyo a la invasión mercenaria de Playa Girón.
Durante la también llamada "Crisis de los misiles", el pueblo de Cuba demostró al mundo que estaba decidido a defender su suelo patrio, al precio que fuera necesario. Un espíritu de lucha y resistencia que se ha mantenido vivo a lo largo de décadas, ante las constantes agresiones de Estados Unidos de que hemos sido y somos objeto.
