Los israelíes lanzaron la operación militar de mayores dimensiones de los últimos 20 años en la zona. (Foto:PL)
Por Roberto Morejón
La retirada de las fuerzas militares israelíes del campo de refugiados de Jenin, adyacente a la ciudad homónima, dejó una estela de destrucción; pero en pie, casi asombrosamente, quedaron restos de fotos de los jóvenes palestinos presos o asesinados en los últimos meses.
Mientras el régimen sionista califica a los 14 mil pobladores de Jenín como foco de terroristas, en el asentamiento, uno de los más pobres de la Cisjordania ocupada, consideran a los jóvenes de la resistencia como héroes y mártires, si cayeron en el empeño.
Más de una decena de adolescentes palestinos perdieron la vida en la más reciente refriega y ellos representan a las nuevas generaciones, hartas de humillaciones y ocupación, torturas, operativos de inteligencia y arbitrariedades de los colonos.
Para desplazarse, los palestinos deben atravesar infinidad de puntos de seguridad y soportar imprecaciones o violencias, porque para las tropas de Tel Aviv todos los habitantes de la zona son potenciales enemigos.
Por esa y otras razones, miles de adolescentes y jóvenes apelan a acciones armadas porque creen llegada la hora de la ofensiva y no solo de lanzar piedras a los invasores.
No por casualidad, los israelíes lanzaron la operación militar de mayores dimensiones de los últimos 20 años en la zona.
Querían doblegar el epicentro de las actividades de una parte de los más de 760 mil palestinos que escaparon o fueron expulsados de sus viviendas al crearse el Estado de Israel en 1948.
A favor de tales despliegues de poderío está el ala más conservadora del gobierno del premier Benjamín Netanyahu y de los colonos que, contra lo establecido en organismos internacionales, extienden sus usurpaciones de tierras en Cisjordania ocupada.
El Primer Ministro y quienes lo instan a endurecer aún más sus operativos eluden hablar de las denuncias acerca de que las autoridades israelíes impidieron el paso de ambulancias a la región donde caían palestinos heridos, ante el empuje de los militares y el bombardeo de los drones.
El Derecho Internacional no cuenta para el régimen sionista y por ello debe enfrentar un creciente desafío de adolescentes y jóvenes.
Ellos con su resistencia, ahora más activa, les recuerdan a los invasores que a pesar de la guerra desigual, los asentamientos y poblados como Jenín están dispuestos a luchar contra los muros que separan a familias enteras.