Brasil avanza en su lucha contra el hambre

Eldonita de Maria Calvo
2024-06-25 08:56:40

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 Brasil avanza en su lucha contra el hambre

por María Josefina Arce

Gracias a los programas sociales implementados a partir de 2003 por los gobiernos del Partido de los Trabajadores, logró Brasil 11 años después salir del Mapa del Hambre de la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

Pero la llegada en 2019 a la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro significó un retroceso. Las políticas encaminadas a eliminar ese flagelo fueron desmanteladas y desarticuladas las instituciones encargadas.

Como resultado la nación suramericana retornó en 2022 al Mapa del Hambre. Se estima que en ese año había 33 millones de brasileños en situación de inseguridad alimentaria grave y más de la mitad de la población sufría ese problema en algún grado.

De ahí que al asumir su tercer mandato, en enero del pasado año, Luiz Inácio Lula da Silva centrara su atención en esta problemática y pusiera nuevamente en marcha un programa que incluye 80 acciones con el objetivo de volver a sacar al país del mapa mundial del hambre y reducir la pobreza.

Entre estas acciones destacan un incremento significativo del salario mínimo y la extensión de Bolsa Familia, un programa de distribución de subsidios a las personas bajo la línea de pobreza.

A pesar de las dificultades y el panorama encontrado por el nuevo gobierno,  comienzan a verse  resultados de esta iniciativa, denominada "Brasil sin Hambre", que adecuado a las actuales condiciones, se basa en "Hambre Cero", implementado en 2003 bajo el primer mandato de Lula da Silva.

Ya el pasado año se logró reducir el número de personas con hambre y de pobres. De acuerdo con recientes estudios, la cifra de personas en esta situación descendió en más de 20 millones, de ellas 12 millones dejaron de padecer lo que se llama inseguridad alimentaria moderada.

En esta mejoría ha incidido la recuperación del mercado laboral. En 2023 el desempleo se situaba en 7,8%, la tasa más baja desde 2014. Otro factor es el crecimiento en 3% del Producto Interno Bruto y las tasas de interés pasaron de 13, 75% a 10,75%, lo que señalan los expertos estimula la producción y el consumo.

También se ha registrado un descenso en los precios de los alimentos, aunque esta tendencia podría revertise para algunos productos, de acuerdo con los economistas, por las fuertes inundaciones registradas en Río Grande Do Sur, un estado altamente agrícola y que representa 70% de la producción de arroz en el gigante suramericano.

Las estadísticas muestran sin dudas, que se avanza, pero todavía, como apuntan las autoridades,  hay un largo trecho que recorrer hasta poder revertir el panorama que dejó Bolsonaro, con la destrucción de las políticas públicas de seguridad alimentaria y de asistencia social.

El presidente Lula da Silva ha insistido en que una de las prioridades de su gobierno es el combate contra la inseguridad alimentaria, y en ese camino, a favor de los más vulnerables, se trabaja incansablemente.

 



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