Guerra de Israel contra Palestina. Imagen: MC
por Guillermo Alvarado
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas expresó su preocupación de que se desate una guerra total en el Oriente Medio tras el asesinato del líder de la organización Hamas, Ismail Haniyeh, perpetrado por Israel esta semana en la capital de Irán.
Este crimen se viene a sumar al de un comandante militar de rango mayor de Hezbollah durante un ataque sionista contra Beirut, ocurrido tras el lanzamiento de cohetes en los Altos del Golán, una zona bajo ocupación de las tropas de Tel Aviv.
Los miembros del Consejo de Seguridad pidieron que se intensifiquen los esfuerzos diplomáticos para evitar la propagación del conflicto en esa región, un llamado que en realidad es muy tardío ante un problema que se viene acumulando desde hace meses.
La verdad es que ese organismo bien poco ha hecho para poner fin a las atrocidades perpetradas por el sionismo en la Franja de Gaza, donde los bombardeos indiscriminados causaron ya la muerte de cerca de 40 mil personas, una cifra aterradora que, sin embargo, podría estar muy por debajo de la realidad.
En este, como en otros conflictos, la ONU ha demostrado una desoladora incapacidad, primero para evitarlos y, en segundo lugar, para impedir su propagación y crudeza.
La máxima organización internacional se limita a emitir declaraciones que no son vinculantes, es decir que no obligan a nadie, y que por lo tanto no tienen un efecto real sobre los graves problemas en el mundo de hoy.
Como hemos dicho en otros comentarios, las barbaridades perpetradas por Israel, cuyo único parangón son las perpetradas por el régimen nazi alemán durante la Segunda Guerra Mundial, están sembrando semillas de odio por todas partes que, tarde o temprano, comenzarán a hacer sentir sus frutos.
Esto quedó claro durante el desfile fúnebre de Haniyeh en Teherán, donde participaron miles de personas, muchas de ellas con gritos de "mueran Israel y Estados Unidos", al cual consideran cómplice de Benjamín Netanyahu.
Mientras, el embajador de Irán ante la ONU, Amir Saeid Iravani, afirmó que su país ha ejercido sistemáticamente la máxima moderación, pero se reserva el derecho a responder con contundencia.
Es lamentable decirlo, pero la reacción del Consejo de Seguridad llega con demasiada demora, cuando el Oriente Medio está mucho más cerca de un estallido brutal que de un arreglo negociado y la historia juzgará toda la responsabilidad de Israel y Washington en estos acontecimientos.