Alentadoras noticias sobre conflicto en Siria

Eldonita de Maydenys Rodríguez
2016-03-25 09:46:08

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imagen de archivo

Por: Guillermo Alvarado

El avance de las tropas gubernamentales de Siria en la reconquista de la histórica ciudad de Palmira y el discreto optimismo en Ginebra sobre las negociaciones para alcanzar la paz por medios políticos en la nación levantina, son noticias alentadoras con vistas al final de este conflicto iniciado hace cinco años por instigación de potencias occidentales y algunos países árabes.

Palmira, cuyas edificaciones grecorromanas están declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, quedó en manos del grupo terrorista autodenominado Estado Islámico que, ante la congoja del mundo, inició la destrucción sistemática de sitios históricos irremplazables.

Tras la exitosa campaña militar rusa en coordinación con Damasco, las fuerzas armadas sirias consiguieron tomar la iniciativa en numerosos puntos de la geografía nacional y recuperar terrenos en manos de las bandas extremistas.

Pero, además, se crearon las condiciones propicias para instalar en Ginebra una nueva ronda de diálogo entre el gobierno del presidente Bachar Al Assad y opositores armados, con el propósito de resolver por esa vía el enfrentamiento que ha causado cientos de miles de muertos y millones de desplazados y refugiados, en una de las peores calamidades humanitarias de los últimos tiempos.

La crisis comenzó en 2011 cuando algunas agrupaciones se levantaron en armas con el apoyo de aparatos de inteligencia de Estados Unidos y miembros de la Unión Europea.

 

De inmediato se involucraron en el conflicto Israel, Turquía y Arabia Saudí, todos ellos empeñados en derrocar al presidente Al Assad e instalar un régimen favorable a sus intereses geopolíticos.

De acuerdo con especialistas, este apoyo, que consistió en armas, medios de transporte y moderna tecnología de comunicaciones aceleró el surgimiento de grupos como el ya mencionado Estado Islámico y el frente al Nusra, entre otros, que en su conjunto llegaron a tener alrededor de 80 mil efectivos.

Muchos de ellos fueron entrenados por especialistas occidentales y entre sus miembros hay también, como hemos mencionado en otras ocasiones, varios miles de extranjeros, sobre todo europeos.

Llama poderosamente la atención como este nutrido grupo de personas pudo viajar con documentos en regla, visas y vía libre desde otras regiones del mundo hasta Siria. Tal flujo se frenó un tanto cuando la serpiente terrorista comenzó a atacar justamente a quienes ayudaron a incubar el huevo que le dio origen.

Los atentados en París y los más recientes en Bruselas plantearon la urgente necesidad de poner fin a esta violencia, si bien falta por ver si existe una verdadera voluntad política de atacar el mal desde su raíz. Muchos países occidentales siguen repitiendo la falacia de que para lograr la paz en Siria y toda esa región hace falta que se vaya del poder el presidente Al Assad.

La verdad es que para alcanzar la tranquilidad, lo que hace falta es que se vayan los que encendieron la chispa de la violencia y se permita al pueblo sirio decidir libremente su destino, reconstruir su martirizado país y reconciliar a su población. 



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