Masacre de Vado del Yeso: 50 años en la historia

Eldonita de Martha Ríos
2017-08-29 14:45:01

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Tania la Guerrillera perdió la vida en la masacre. Foto tomada de Internet

Por Marta Gómez Ferrals

El 31 de agosto de 1967 la columna de la retaguardia guerrillera, del pequeño ejército insurgente dirigido por Ernesto Che Guevara en Bolivia, fue aniquilada en el cruce entre los ríos Camirí y Grande, conocido como Vado del Yeso, en Puerto Mauricio, víctima de una delación.

Murieron tratando de hacer frente a la emboscada, en disposición de combate, el jefe de aquel grupo, el Comandante cubano Juan Vitalio Acuña (Joaquín), segundo al mando del Che. Otro compatriota de Vilo: el teniente Israel Reyes Zayas (Braulio).

También coterráneo era Gustavo Machín Hoed de Beche (Alejandro). Todos habían sido destacados combatientes del Ejército Rebelde en la lucha por la liberación de Cuba de fines de los años 50.

La argentino-alemana Haydée Tamara Bunke Bider, quien pasara a la historia como la legendaria Tania la Guerrillera, la única mujer integrante de esas fuerzas, perdió la vida en la masacre; así como el peruano José Restituto Cabrera Flores (El Negro) y los bolivianos Apolinar Aquino Quispe (Polo), Walter Arencibia Ayala (Walter), Moisés Guevara Rodríguez (Guevara o Moisés) y Freddy Maymura Hurtado (Médico o Ernesto).  Freddy, apresado vivo, fue asesinado días más tarde, sin ceder a las torturas ni traicionar a la causa.

El Che, quien llevaba jornadas preocupado por la falta de contactos entre su columna de vanguardia y la de retaguardia, consignó en su Diario el dos de septiembre de 1967:  "La radio trajo una noticia fea sobre el aniquilamiento de un grupo de hombres dirigido por un cubano llamado Joaquín en la zona de Camiri; sin embargo, la noticia la dio La Voz de las Américas y las emisoras locales no han dicho nada."

La vil delación del campesino Honorato Rojas, quien había sido guía y dado albergue la noche anterior al grupo de combatientes, posibilitó que una división con asiento en Santa Cruz esperara el cruce de la tropa por el vado, donde los ametrallaron desde las dos orillas.

La separación de la fuerza combatiente había ocurrido el 17 de abril en el lugar llamado Bella Vista, cercano al río Ikira.

Che le dio la instrucción a Joaquín de esperarlo por esa zona durante tres días, pues él debía usar ese tiempo para facilitar la salida por el rumbo de Mayupampa de Regis Debray (Danton) y Ciro Roberto Bustos (Carlos).

Sin embargo,  adversidades de la vida y la geografía conspiraron para que ambas columnas no volvieran a encontrarse nunca más.

Las circunstancias  hicieron que se perdiera el contacto entre la vanguardia y la retaguardia. Por lo que nunca más se reagrupó el pequeño ejército guerrillero.

Detenernos al menos brevemente en las vidas de los tres cubanos asesinados aquel aciago 31 de agosto y de Tania la Guerrillera es ineludible.

Juan Vitalio Acuña Núñez, de origen campesino, había nacido 42 años atrás en el intrincado sitio de Purial de Vicana,  en la Sierra Maestra. Incorporado a la lucha emancipadora que se libró victoriosamente por aquellas montañas, alcanzó desde allí los grados de Comandante.

Luego del triunfo de la Revolución, cumplió importantes tareas, estudió y se calificó en el campo militar. Fue elegido miembro del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba fundado en 1965.

También de origen campesino y de los predios de la cordillera Maestra fue Israel Reyes Zayas. Se incorporó a las filas del Ejército Rebelde en 1957, y acudió al llamado de Ernesto Che Guevara en Bolivia. Nace el nueve de octubre de 1933.

En Buenos Aires, Argentina vio la luz Haydée Tamara Bunke Bider el 19 de noviembre de 1937. Era hija de maestros judíos y comunistas de origen alemán, el padre, y polaca, la madre.

Desde 1952 Tamara residía junto a sus progenitores en la República Democrática Alemana, donde militó desde muy joven en el Partido Socialista Unificado de Alemania. Sentía un fuerte amor por su tierra natal y por América Latina. Hizo en la entonces RDA estudios de etnología y folklore.

Conoció al Che Guevara en Berlín, en 1960,  y allí nació un vínculo de amistad e identificación político-revolucionaria. Admiradora incondicional de la Revolución Cubana, Tamara lo dejó todo en Berlín y en 1961 viajó a Cuba, donde trabajó para varias instituciones culturales y de masas, y  estudió periodismo.

La Bunke llegó a Bolivia en 1964, bajo la identidad de la etnóloga Laura Gutiérrez Bauer,  para dedicarse a obtener información, mediante vínculos directos con la clase política dominante y del ejército. Así se podrían crear condiciones favorables para la apertura de un futuro frente revolucionario. Una misión que cumplió con éxito.

Murió en combate en la selva, en plena acción, como dicen que siempre lo soñó, con el fusil en la mano aquel el 31 de agosto de 1967.  Segó su existencia un disparo en un pulmón, poco después de entrar al río.

Gustavo Machín Hoed de Beche, Alejandro, fue un tenaz combatiente contra la tiranía de Fulgencio Batista. Nació en La Habana el primero de febrero de 1937. En 1953, como estudiante de Derecho, se incorporó a la lucha estudiantil revolucionaria. Debido a sus riesgosas actividades se ve obligado a salir del país hacia los Estados Unidos.

Vuelve clandestino en 1958  y por Nuevitas, en la costa norte de la provincia de Camagüey, prepara un desembarco con las armas y hombres que fundaría el Segundo Frente del Escambray, creado por el Directorio Estudiantil Revolucionario en el centro de Cuba, en apoyo a la expansión de la rebeldía combativa que ya consolidaba y extendía por todo el país el Ejército Rebelde nacido bajo el mando de Fidel en la Sierra Maestra.

También combatió junto al Che en la toma de Santa Clara y fue hombre de su entera confianza. Desempeñó importantes cargos del gobierno revolucionario y  elevó su calificación militar.

Así fueron los combatientes muertos en aquella  masacre, hace 50 años. Siempre hay un buen poeta que alienta en momentos de recordación como estos.

Cito un fragmento de la canción poema Dulce abismo, de Silvio Rodríguez: “Amada, supón que en el olvido la noche me deja prisionero/ Amada, habrá un lucero nuevo que no estará vencido, de luz y de optimismo/ Y habrá un sinfín latente bajo el dulce abismo”.

(Tomado de la ACN)



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