El fuego que encendió una nación

Eldonita de Maria Calvo
2023-01-12 07:16:53

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Incendio de Bayamo

por Osviel Castro Medel

El incendio de Bayamo, hace 154 años, fue símbolo de valentía, libertad y patriotismo para todos los tiempos, el 12 de enero de 1869 una ciudad-nación se convirtió en fuego, en un sol inmenso cuyos rayos parecen iluminarnos todavía.

Es cierto que la combustión gloriosa devoró la papelería toda, los templos, las joyas, las mansiones, hasta las cocheras o las muñecas de las niñas… y que 50 años después Bayamo todavía se resentía en su anatomía las llamaradas de la quema colectiva.

De unos 1 200 inmuebles que tenía la ciudad, apenas quedaron en buen estado poco más de cien; el resto ardió consumido por las llamas, algo que obligó a los españoles a demorar tres días para poder entrar, lo hicieron caminando sobre brasas humeantes, quemados por el más grande asombro.

Verdad, también, que en medio de la resolución tajante la tristeza se adueñó de la única ciudad cubana capaz de vivir 83 días con un Gobierno Revolucionario luego del canto, a garganta hirviendo, del Himno vitoreado y aclamado.

No todos quisieron quemar el hogar y las comodidades, pero vale decir que sí fue la mayoría, dispuesta a las privaciones y las noches a la intemperie,  «con tal de demostrarle al conquistador intransigente que era más grande, noble y divino el ideal de patria y libertad que fulguraba en sus corazones», como escribió un excelso historiador.

En todo caso, jamás debería mirarse con nostalgia el acto que levantó el humo gigantesco sobre Bayamo y Cuba. Ahora mismo tendríamos que inclinar la frente ante las mujeres que cargaron sus niños con lágrimas largas en el rostro e incendiaron sus pertenencias; ante los ancianos que olvidaron la gravedad de sus años; ante Perucho prendiéndole candela a su piano y a sus lujos; ante el Aguilera millonario haciendo arder sus arcas; ante cada uno de los que se marcharon con muy poco a cuestas a vivir bajo los árboles, sin otra luz que la independencia.

Ahora mismo deberíamos entender que la determinación tremenda de los bayameses, que supieron sobrepasar ese gentilicio, fue inmensamente superior a la flama colosal de una jornada.

Por ellos y el fuego de patriotismo que iniciaron habrá que levantar hoy y mañana otras antorchas. (Fuente:Juventud Rebelde)

 



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