Martí, a galope y de cara al sol (+Audio)

Eldonita de María Candela
2024-05-19 10:10:48

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Muerte en Dos Ríos. Óleo sobre tela del pintor Carlos Enríquez realizado en 1952.

Por Arelys García Acosta*

Cuando el Maestro pisó tierra cubana aquella noche de luna roja, vigilando las nubes, en aquel minúsculo bote, por Playita de Cajobabo, el 11 de abril de 1895, resumió el reencuentro con la Patria en una frase para todos los tiempos: Dicha grande.

Venía a dar pelea en el campo de batalla por Cuba. Desde hacía años había plantado la bandera a favor de la unidad entre los viejos guerreros y los Pinos Nuevos, que estaban deseosos por respirar el olor a manigua, a pólvora; que estaban deseosos de escuchar la corneta y su toque a degüello, el tropel de la caballería y el grito mambí de ¡al combate!

En la etapa de la llamada tregua fecunda, Martí funda el Partido Revolucionario Cubano y el periódico Patria. Pero ello no le bastó. Y el 19 de mayo de 1895 se le vio; diríase mejor, quiso estar en medio del combate. Minutos antes, el General en Jefe del Ejército Libertador, Máximo Gómez, intentó detenerlo antes de partir al campo de batalla; mas, todo quedó en el intento.

Martí pidió al maestro y campesino Ángel de la Guardia que lo acompañara. Y marcharon detrás del Generalísimo, quien desconocía la decisión del Apóstol. Y allí donde confluyen el río Cauto y el Contramaestre; allí ocurrió la catástrofe de Dos Ríos, como calificó tiempo atrás la muerte de José Martí el Premio Nacional de Historia y de Ciencias Sociales y Humanísticas, el investigador Rolando Rodríguez.

“Cuando Gómez recibe la noticia parece un loco, él mismo lo dice, que se lanza como un loco a rescatar el cadáver; pero ya los guerrilleros que estaban en aquella avanzada habían capturado el cadáver, incluso, lo empiezan a despojar de las medallas, del dinero que llevaba arriba, llevaba 500 pesos en una faja”.

Y justo hasta allí retornó el Generalísimo Máximo Gómez con su tropa casi 15 meses después. Y nació el monumento más sencillo que se recuerde. El jefe militar ordenó a sus oficiales y soldados tomar una piedra en el río cercano. Y la depositaron en el lugar exacto donde la sangre del héroe abonó la tierra; la tierra que conoció la intrepidez de un hombre de pensamiento, como lo ha resaltado, también, el historiador Rolando Rodríguez.

“Martí quiere parangonar su vida, su vida que no tiene un solo hecho de arma, con la de aquellos hombres que tienen años y años de guerra”.

De cara al sol y a galope sobre el caballo Baconao, el 19 de mayo de 1895 José Martí cabalgó hacia lo más profundo de la historia de Cuba.

*corresponsal de Radio Habana Cuba en Sancti Spíritus



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