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Por: Nuria Barbosa León
Una condena enérgica al abuso arancelario que comete Estados Unidos, la ofreció el gobierno chino el pasado fin de semana para responder al presidente Donald Trump, quien pretende dominar al mundo a su antojo y maneras, en defensa de la oligarquía de su país.
El comunicado gubernamental dice que recientemente, bajo diversos pretextos, Estados Unidos impuso aranceles a todos sus socios comerciales, incluida China, lo que perjudica gravemente los derechos e intereses legítimos de las naciones, viola seriamente las normas de la Organización Mundial del Comercio, socava profundamente el sistema multilateral de comercio basado en normas, y perturba severamente la estabilidad del orden económico mundial.
Este tipo de actitud poco ética y violatoria de las leyes del derecho internacional recibió el máximo repudio por parte de las autoridades gubernamentales chinas al aclarar que la nación asiática es una civilización antigua y una tierra de rituales, su pueblo aboga por tratar a los demás con sinceridad y confianza, «No creamos problemas, pero no tenemos miedo a los problemas», puntualiza el texto explicado por el Diario del Pueblo Digital.
Además calificó las medidas estadounidenses como «abusos arancelarios» y un acto típico de «unilateralismo, proteccionismo e intimidación económica», asegurando que tales acciones enfrentarán inevitablemente la oposición generalizada de la comunidad internacional.
Igualmente el comunicado subraya que la presión y las amenazas no son la forma correcta de tratar con China, que ha tomado y seguirá tomando medidas decididas para salvaguardar su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo.
Al destacar que las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos deben ser de beneficio mutuo por naturaleza, la posición gubernamental china precisa que la Casa Blanca debe ajustarse a las expectativas comunes de los pueblos de ambos países y del mundo
«Estados Unidos debe dejar de utilizar los aranceles como arma para reprimir el comercio y la economía de China y dejar de socavar los derechos de desarrollo legítimo del pueblo chino», advierte la declaración replicada por varios medios internacionales.
Reconoce, también, que como segunda mayor economía mundial y segundo mayor mercado consumidor de productos, China abrirá más sus puertas al exterior independientemente de cómo cambie la situación internacional.
Manifiesta que el país asiático seguirá abriéndose al mundo a un alto nivel, ampliando constantemente su apertura institucional en materia de normas, reglamentos, gestión y estándares, implementando políticas de liberalización y facilitación del comercio y la inversión de alto nivel, y fomentando un entorno empresarial de primera clase orientado al mercado, basado en el derecho e internacionalizado, para compartir sus oportunidades de desarrollo con el mundo y lograr beneficios mutuos y resultados de ganancia compartida.
Especifica además que la globalización económica es la única vía para el desarrollo de la sociedad humana y defiende el sistema de comercio multilateral basado en normas, con la Organización Mundial del Comercio (OMC) como núcleo, ha realizado importantes contribuciones a la promoción del comercio global, el crecimiento económico y el desarrollo sostenible.
«Como la apertura y la cooperación son la tendencia de la historia, el mundo no retrocederá ni debe retroceder al aislamiento y la división mutuos», agrega el texto indicando que los beneficios mutuos y los resultados de ganancia compartida para todos reflejan las aspiraciones comunes de todos los pueblos, mientras que la intimidación económica basada en el empobrecimiento del vecino acabará siendo contraproducente.
Propone que el desarrollo se mantenga como un derecho universal de todos los países, no el privilegio exclusivo de unos pocos, que los asuntos internacionales sean debatidos y gestionados de manera colectiva, y que el futuro y el destino del mundo deben estar en manos de todas las naciones.
«No hay ganadores en las guerras comerciales ni en las guerras arancelarias y el proteccionismo conduce a un callejón sin salida», remarca el texto gubernamental divulgado por el periódico El Pueblo de China.