Argentina 2022

Eldonita de Maite González
2022-12-21 06:53:19

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RHC

Por: Héctor Celano*

En Argentina, las elecciones nacionales a la presidencia de la república acontecen cada cuatro años. Hasta 1995, el mandato se extendía por seis años, pero sin la posibilidad de reelección del presidente en funciones. El peronista Carlos Menem, impulsó la reforma, ante la posibilidad de quedarse en el sillón presidencial toda una década, como así ocurrió.

El año próximo finalizará el primer gobierno de Alberto Fernández, por lo cual, el 27 de octubre de 2023, habrá elecciones presidenciales. Fernández cuenta con la alternativa de ser reelegido.

Este año que finaliza ha mostrado un continuo “precalentamiento de los equipos” que, hasta hoy, cuentan con la preferencia mayoritaria del electorado. En el país del litio, la soja, la abundancia de alimentos (destinados a algunos sectores y a parte del mundo) como ocurrió recientemente en el mundial de fútbol, comienzan a salir los jugadores a la cancha.

No en vano se instaló el término “jugador” al referirse a aquellos políticos que protagonizan el centro de la escena.

Las argucias mediáticas nos muestran una inmensa mayoría de habilidosos propagandistas que procuran sostener y ampliar sus personales carreras políticas. El bienestar del pueblo argentino es la red que despliegan para atrapar votantes.

Demagogia mediante se apela a los segmentos populares, mientras, las riquezas que exhibe una geografía tan próspera, siguen siendo intocables salvo para las grandes empresas, voraces terratenientes y multinacionales (productoras y financieras) que, en definitiva, manejan el termómetro de la altísima temperatura de riquezas que se fugan ante la atónita mirada de una población cada vez más empobrecida.

De los aproximadamente 260 millones de seres que en el mundo engrosaron la pobreza, la Argentina exportadora de alimentos, en el 2022 prosiguió dando su aporte con un estimado del 40 % de sus habitantes, es decir, cerca de 19 millones viven por debajo de un ingreso que les permita transitar dignamente su existencia.

El modelo neoliberal, variante del sistema capitalista, enraizó con fruición en la última dictadura cívico militar y, luego de un timorato Alfonsín, tuvo a Menem como espada insigne. Con Macri se agudizó “in extremis”. Éste, acaparador impertérrito de causas de corrupción, pero blindado a través de un sistema de medios y jueces ladrones, viabilizó un monumental atraco al erario público.

En la actualidad, la mayoría de las cabezas que comienzan a perfilar su postulación a cargos de responsabilidad dirigencial, no cuestionan ese andamiaje capitalista que lleva ínsita la acumulación de ganancias por sobre el bien común. Parte del electorado, que elige y delega, debiera asumir un compromiso que no desemboque en apatía y desinterés. Esto es cada vez más peligroso ante las fauces de la indigencia.

El nominado y, a veces, autoproclamado progresismo, es temerario, funciona de espejismo en un desierto de propuestas, donde, el agua vivificante, siempre está más allá, mientras que lo frustro lo simboliza la zanahoria de la inmediatez. Es penoso observar cómo algunos sectores que se postulan de centro izquierda pliegan sus banderas ante el primer trueno que presagia tormenta en la democracia burguesa argentina.

La escandalosa deuda que el fraude político de Macri contrajo ante el Fondo Monetario Internacional, no fue debidamente cuestionada por el gobierno del Frente de Todos y, del monitoreo, al cogobierno empírico del FMI (que significa doblegar la soberanía económica y, por ende, perder un espacio central de la independencia) la patria natal del Che, se encuentra en ciernes.

El balance anual, en síntesis, arroja cuentas en rojo en casi todos los rubros relacionados con el beneficio de la mayoría subsumida. No se recuperó la soberanía de los cuantiosos recursos naturales. El caso de la llamada Hidrovía del río Paraná, uno de los sistemas hídricos de transporte más importantes del mundo, por donde circulan alimentos a escala mundial, aún no se ha resuelto a favor de los intereses argentinos. Es llamativa esta mora del gobierno, pues con resolver la explotación para sí de un recurso genuino del pueblo, se eliminarían enormes problemas de la verdadera deuda que el estado tiene con su propia gente.

Los desmontes, incendios premeditados y el descuido del suelo, se incrementan, sin enfrentarse debidamente.

Las luchas crecen, especialmente en los sectores marginados. También se destacan algunos gremios que se plantan ante el avasallamiento del capital. Ha sido emblemático el triunfo de los Trabajadores del Neumático, que luego de varios meses de persistencia, lograron el éxito de sus justos reclamos.

En medio de los festejos genuinos por haber obtenido la Copa Mundial de Fútbol -el deporte más masivo que se practica en Argentina- sería deseable que quienes tienen la responsabilidad de gobernar, no confundan, alegría, con aceptación a una realidad desconcertante. La euforia, quizás, por lo intensa y federal, única hasta el presente, puede funcionar como válvula de escape momentánea, pero el malestar no se extingue desde jugadas “mesiánicas”. El pueblo expresa amor a lo lúdico, a los jóvenes que en realidad se vieron afectados grupalmente por brindarle algo de felicidad épica en lo futbolístico.

Con una inflación anual cercana al 100 %, Argentina concluye un año, al menos, de dilación. Los paréntesis en la historia los ocupan quienes detentan poder real.

La propuesta patriótica, que, a su vez, sirva en las aguas de Nuestramérica, no debe ser solo de contención a la derecha, que, envalentonada por la ausencia de programas concretos para combatirla desde lo revolucionario, blande el terror del fascismo, creando personajes mediáticos que ocupan espacios delegados, muchas veces, por la mansedumbre de izquierda.

Trabajadores, cuentapropistas, desocupados y algunos sectores de clase media tienen la palabra y las calles en su haber.

De la unidad y verdadero avance revolucionario, depende el futuro de uno de los países más admirados y codiciados en el mundo.

*Poeta, escritor, recitador y periodista cultura



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