Asunción, 20 ene (RHC-PL) La comprobada proliferación del dañino caracol gigante africano en diversas zonas de Paraguay genera preocupación que va en aumento entre las instituciones y la población.

Al parecer nadie se había dado cuenta de su reaparición en el país por su facilidad para ocultarse entre la maleza, escombros y vasijas, e incluso camuflarse dentro de las habitaciones de las viviendas.

Pero con las lluvias intensas desde principios de este mes los moluscos comenzaron a salir de sus escondites en grandes cantidades para trepar por muros y paredes en busca de lugares altos y no perecer ahogados.

Por primera vez lo avistaron en Ciudad del Este, cabecera del departamento oriental de Alto Paraná, a 327 kilómetros de Asunción, pero llegan más reportes sobre su existencia en otras localidades del territorio nacional.

Ya en 2012 y 2013 había generado alarma en el país, al punto de movilizar a autoridades de varios organismos como el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social y el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas.

Citada este sábado por un diario local, una especialista en epidemiología explica lo extremadamente perjudicial de ese molusco, incluido entre las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del planeta.

La científicamente nombrada Achatina fulica devora todo lo que hay, cultivos y plantas de jardín, hasta desechos, además de ser un foco transmisor de parásitos que afectan la salud humana, señaló.

El problema se agrava porque no tiene depredadores naturales que controlen sus ciclos de reproducción, facilitado por su condición de hermafrodita que le permite poner huevos hasta mil 200 veces en el año, los cuales suman unos 600 cada vez, según la experta.

La distribución natural de ese caracol abarca amplias zonas tropicales y subtropicales de varios países de África oriental, aunque en general prolifera en casi todas las zonas tropicales del mundo, incluida Sudamérica.

Su baba es muy nociva y de tocarse sin tomar medidas inmediatas puede introducirse en el cuerpo humano y llegar hasta el cerebro.

Entre las enfermedades que puede causar se mencionan la meningoencefalitis y la angiostrongiliasis abdominal, un síndrome similar a la apendicitis.