Restos de Pablo Neruda regresan a Isla Negra

Eldonita de Julio Pérez
2016-04-27 06:41:31

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Pablo Neruda

Santiago de Chile, 27 abr (RHC) Este martes fueron sepultados los restos de Pablo Neruda frente al océano que baña el jardín de su casa de Isla Negra, en la costa central de Chile, tres años después de la exhumación con la que se quería esclarecer si el poeta había sido asesinado durante la tiranía de Augusto Pinochet.

El cuerpo del autor de "Veinte poemoas de amor y una canción desesperada" fue recibido a primera hora por una treintena de sus familiares, que le dieron de nuevo la bienvenida a su célebre residencia, un espacio privilegiado frente al Pacífico.

Cubierto con una bandera chilena y un ramo de rosas blancas, el féretro desfiló por delante de la viga que el poeta un día talló con un mensaje de bienvenida premonitorio: “Regresé de mis viajes. Navegué construyendo la alegría”.

Los primeros rayos de luz se desparramaron sobre el ataúd de madera que este gélido martes invernal fue enterrado en la parte baja del jardín de la casa, una terraza inclinada que mira hacia el litoral donde también está sepultada su tercera mujer, Matilde Urrutia, informa la agencia Efe.

“Para nosotros esto no es un funeral. Volver aquí, a Isla Negra, frente al mar, no es morir, sino volver a vivir”, dijo el presidente de la Fundación Neruda, Raúl Bulnes.

Al mediodía, frente a tres centenares de espectadores, una orquesta juvenil rindió homenaje al autor de algunos de los versos de amor más conocidos del mundo.

“Ahora Neruda está con nosotros, vuelve a mirar las olas del mar y a abrazar a su querida Matilde” dijo el escritor Fernando Quilodrán durante su discurso.

El primer entierro del poeta en Santiago un gris 25 de septiembre de 1973, se convirtió en uno de los primeros actos políticos contra la dictadura. En ese entonces aquellos que lo acompañaban rompieron el tupido silencio entonando una sentida y espontánea “Internacional”.

Este martes, bajo un sol radiante, un cielo libre de nubes y en plena democracia, el espíritu combativo del poeta seguía presente entre las decenas de militantes del Partido Comunista que lo despidieron al grito de “Compañero Pablo Neruda. ¡Presente!, ¡Ahora y siempre!”.

El estruendo del mar al sucumbir en las grietas del roquedal y el aleteo de algunas gaviotas a lo largo de la orilla completaron la ceremonia que concluyó con la interpretación de “Gracias a la vida” de Violeta Parra.



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