La Habana, 17 sep (JIT) El mundo de la lucha deportiva se frota las manos este martes. Otra vez un cubano y el turco Riza Kayaalp protagonizarán la final de los 130 kg en un certamen del orbe.

En esta ocasión no estará Mijaín López, triple monarca olímpico y cinco veces del orbe, sino su indiscutible relevo en la armada cubana, el capitalino Oscar Pino, dueño de bronces en 2017 y 2018, y ahora en un escalón más alto, en Nur Sultan, Kazajstán.

Kayaalp ostenta una admirable historia en las lides universales absolutas, tras cosechar tres coronas (2017, 2015, 2011), dos platas (2014 y 2013) y un par de bronces (2010 y 2009).

Puede jactarse, además, de haber vencido a nuestro Gigante de Herradura en dos finales a este nivel, previo a los juegos olímpicos de Londres y Río de Janeiro. Nadie más lo ha podido hacer.

Y lo de jactarse no lo digo al vuelo, sino porque cada vez que ganó habló demasiado, prometiendo incluso que cuando se volviera a enfrentar a Mijaín lo derrotaría sin dudas.

La historia dijo todo lo contrario, pues el pinareño lo “despachó” en las semifinales de la cita londinense y en la disputa dorada de la carioca, en una escena todavía inolvidable en nuestra Isla. ¿Recuerdan su baile de samba?

En resumen, la rivalidad aquí es cosa seria y trasciende los colchones, pues la distancia está bien marcada en camerinos y salas de entrenamiento, y no sucede entre ellos más que el protocolar saludo, a veces.

Este lunes, en la fecha de preliminares y hasta semifinales de la división, Mijaín se apareció en la Barys Arena de pantalón y camisa. Elegante, y sin el usual atuendo deportivo de estos días, se mantuvo al tanto de cada desenlace y los comentó con compañeros de equipo y otros amigos de este mundillo deportivo.

Intercambió sistemáticamente con Pino, dándole consejos y alertas. Por momentos se le vio tenso y cualquiera diría que con ganas tremendas de entrar al colchón. No sé, de verdad, cómo puede venir hasta acá y aguantar la tentación de salir a resolver las cosas a su manera. Ustedes saben…

«Esta medalla de Oscar era esperada y merecida, pues ya ha tenido la oportunidad de asistir a tres campeonatos mundiales. De conjunto hemos logrado el propósito de clasificar la división para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y él en lo personal mejora sus anteriores resultados», dijo a JIT apenas se logró el pasaje a la capital nipona.

«Ahora tiene una pelea final contra el turco, uno de los contrarios más fuertes que tenemos en esta división. Nada, podemos demostrar que no solo es Mijaín, sino que también tenemos a Oscar. Estamos haciendo un trabajo muy lindo y la meta es llegar a Tokio para obtener ese resultado que todos esperan», agregó López.

«Les deseo suerte a Pino y lo mejor sobre el colchón frente a Riza. Le daré, como siempre, mis sugerencias. Lo he hecho a lo largo de todas las peleas y él ha podido imponerse con gran intensidad y desplazamiento, algo muy importante en este deporte. Entre nosotros existe hermandad», apuntó quien el venidero año tratará de convertirse en el primer luchador con cuatro cetros bajo los cinco aros.

Pino, mientras, disfruta el momento y ya no carga presión alguna, pues dio el cupo olímpico y mejoró lo hecho en las dos anteriores ediciones. Solo tiene clavada una espinita en el pecho: la derrota ante Kayaalp en París 2017.

«Son seis minutos de lucha lo que queda, hay que darlo todo por la medalla de oro. El profesor Trujillo y Mijaín me darán sus ideas e iremos por la corona, que también tiene su truco», sentenció el aspirante a monarca.

Así se viven las horas previas al match de la noche en esta ciudad. Mucha historia, rivalidad y sentimientos subirán al colchón. El honor está en juego, aunque solo en lo deportivo. Pino vestirá la trusa, Mijaín quizás vuelva a la sala de camisa, para impresionar.