París, 25 sep (PL) Las venideras elecciones primarias de la derecha en Francia podrían ser particularmente reñidas con un enfrentamiento entre los políticos Nicolás Sarkozy y Alain Juppé, según sondeo.

De cara a los comicios presidenciales de 2017, la compañía BVA realizó una encuesta según la cual Juppé se ubica a la cabeza de la intención de voto con un 38 por ciento, mientras el expresidente Nicolás Sarkozy se sitúa segundo con un 34 por ciento.

Sin embargo, si se toma en cuenta las opiniones de los simpatizantes del partido conservador Los Republicanos, al cual pertenecen ambos políticos, los resultados son bastante diferentes.

Este segmento poblacional favorece a Sarkozy en un 48 por ciento, mientras Juppé queda relegado a un 28 por ciento.

Hace pocos días quedaron definidos los siete candidatos que concurrirán en las elecciones primarias previstas del 20 al 27 de noviembre.

De acuerdo con las personas interrogadas, los de mayores posibilidades son Sarkozy (78 por ciento) y Juppé (77 por ciento), mientras François Fillon, Bruno Le Maire, Nathalie Kosciusko-Morizet y Jean-Frédéric Poisson quedan en un segundo plano.

El sondeo de BVA estima la participación en las primarias en un ocho por ciento, lo que equivale a unos 3,5 millones de personas.

Según el estudio, los temas que más preocupan a los electores son la lucha contra el terrorismo (54 por ciento), el crecimiento del empleo (49), la seguridad y la lucha contra la delincuencia (39) y los valores de la sociedad francesa (28).

Cuando faltan menos de siete meses para los comicios presidenciales, la cuestión electoral ya comienza a tomar fuerza en Francia.

Mientras la derecha tiene previstas sus primarias a finales de noviembre, la izquierda planea hacerlas en las primeras semanas del próximo año.

En estos comicios, uno de los principales enigmas es si el actual presidente socialista François Hollande intentará reelegirse, pues el mandatario afirmó que tomará la decisión a finales de año.

No obstante, en un reciente discurso el jefe de Estado aseguró que no permitirá el deterioro en los próximos meses o años, de la imagen, el brillo y la influencia de Francia, lo que muchos consideraron una declaración implícita de candidatura.