Damasco, 15 nov (RHC)  El presidente de Siria, Bashar Al Assad, mantuvo un encuentro con los miembros del Buró Ejecutivo de la Unión de Ingenieros Agrónomos Árabes, con quienes valoró el estado del sector en ese país.

Afirmó Al Asád que uno de los eslabones básicos de la independencia siria en las últimas décadas ha sido la seguridad alimentaria, lograda gracias al sector agrícola, atacado desde los primeros instantes por los grupos terroristas.

El primer mandatario recordó como los extremistas interrumpieron las carreteras para inmovilizar el transporte de cosechas agrícolas, con el fin de obstaculizar la decisión soberana de ese territorio.

Desde Europa y Estados Unidos el bloqueo a Siria se intensifica y se prolongan las sanciones hasta junio del 2019 contra empresas y personalidades de esa nación del Levante, incluido el propio presidente Bashar Al Assad.

A partir del 2011, tras el abandono de todas las embajadas en Damasco, la Unión Europea y Estados Unidos centraron en más de 200 personas y 50 entidades la congelación de fondos, prohibición de visados y viajes y el cese total de exportaciones.

Justo ahora, cuando el Ejército sirio recupera más del 90 por ciento del territorio nacional, se incrementan las sanciones que suman además, el embargo de petróleo y todo tipo de combustible y el bloqueo de transacciones financieras.

De igual forma, el paquete de sanciones comprende el impedimento a Siria de exportar e importar bienes y equipos médicos, productos químicos, todo el sector de la electrónica, y motores e insumos para el transporte civil aéreo y terrestre.

Asimismo, todos los préstamos otorgados con anterioridad por el Banco Europeo de Inversiones están congelados,además de prohibiciones para operar en euros y dólares y el impedimento total para la impresión de la moneda siria.

A inicios de noviembre la cifra de sanciones contra Siria llega a 259 personas y 67 entidades, medidas a las cuales se sumaron hasta la actualidad, la mayoría de los miembros de la Liga Árabe, Turquía, Canadá y Australia.

La guerra impuesta a esta nación del Levante, el bloqueo y el accionar de los grupos terroristas han provocado pérdidas que oficialmente se estiman en más de 500 mil millones de dólares.
Los sectores afectados forman parte de la seriamente dañada infraestructura de Siria, un país que recibía más de ocho millones de turistas anualmente y tenía un intenso movimiento de pasajeros nacionales y extranjeros por más de dos mil 500 y seis mil kilómetros de vías férreas y autopistas modernas, respectivamente.
La nación, inmersa ahora en un intenso y retador proceso de reconstrucción ante esas situaciones, trata igualmente de recuperar la pérdida del 23 por ciento desde entonces en el Indice de Desarrollo Humano previsto por Naciones Unidas.