Jair Bolsonaro y la tozudez de gobernar

Eldonita de Nuria Barbosa León
2020-04-07 19:42:15

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presidente de Brasil, Jair Bolsonaro

Brasilia, 7 abr (RHC) El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ahora despojado de sus funciones gubernamentales por los militares, prefiere hundir a su país en el caos y el desgobierno, antes de reconocer su incapacidad para enfrentar la crisis provocada por la pandemia de coronavirus.

La última crisis se produjo el lunes 6, cuando el presidente decidió dimitir al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, con quien mantiene un fuerte contencioso por el aislamiento y la distancia social, que son recomendadas por la autoridad sanitaria, por todos los gobernadores y las fuerzas armadas.

Durante la tarde del 6 de abril, los ministros Walter Braga Netto (Casa Civil) y Luiz Eduardo Ramos (Gobierno), ambos militares, forzaron una marcha atrás ya que el presidente tenía la decisión tomada y ya había hablado con el sustituto del ministro de Salud, que aún sigue "balanceándose en el cargo".

Apenas se supo que el presidente estaba decidido a dimitir a su ministro de Salud, que tiene el doble de popularidad que Bolsonaro, comenzó un nuevo cacerolazo (como todas las tardes desde hace diez días), en rechazo al presidente y en respaldo a su ministro (https://bit.ly/2wjkLRz).

En estos momentos se superponen varias disputas y crisis. El presidente se opone a la cuarentena con el argumento de que la economía se verá afectada. Sabe que una crisis económica profunda, que por otro lado parece inevitable, puede hundir su gobierno y, sobre todo, impedir su reelección en 2022.

Pero esta es apenas la cara más visible del conflicto entre poderes. En las últimas semanas, Bolsonaro debió contemplar una importante pérdida de popularidad (que cayó hasta menos del 30%), extensas muestras de repudio entre las clases medias que lo eligieron, y rechazo explícito de los gobernadores, encabezados por el de Sao Paulo, el socialdemócrata João Doria, posible adversario en la carrera presidencial.

En este clima, los militares comprendieron que Bolsonaro afecta la gobernabilidad del país, ya que en la principal tarea del momento, el combate a la pandemia, está enfrentado a todo el arco político al despreciar la epidemia y proponer medidas poco consistentes como la reapertura del comercio, las clases escolares y el conjunto de la actividad económica.

Brasil vive un conflicto interno que amenaza con hundir al país en una espiral descendente, ya que en una situación extrema como la que provoca la pandemia, sólo una conducción firme y con gran legitimidad social e institucional, es capaz de superar las dificultades. Porque la epidemia está en sus primeras fases y todos los análisis coinciden en la fragilidad del sistema de salud, lo que puede tener un efecto "devastador" cuando llegue a los barrios más pobres.

Un primer aspecto a tener en cuenta, es el intento de las Fuerzas Armadas por acotar el poder de Bolsonaro. El 28 de marzo, los militaras convencieron al presidente de que el ministro de la Casa Civil, general Walter Braga Netto, debía convertirse en “presidente operativo” de Brasil.

Según el primer medio que filtró la información, la página miliar Defesanet.com, se trata de una "misión informal", para la que se convierte en "Jefe del Estado Mayor de Planalto", tarea que define como "más trascendente que la ya poderosa función de ministro de la Casa Civil que ejercía".

Según la propia página militar, de ese modo se buscaba poner coto a "una semana en la que proliferaron noticias falsas", entre ellas afirmaciones periodísticas "delirantes sobre la crítica de los militares al gobierno". Los militares pretenden proteger a su presidente, porque una crisis de gobierno se llevaría por delante el prestigio de la institución militar que lo sostiene con cientos de uniformados en los escalones más altos del gobierno.

Sin embargo, los militares no pudieron impedir los exabruptos de Bolsonaro ni evitar su creciente desgaste. Su ministro de Educación, Abraham Weintraub, provocó nuevo conflicto con China a raíz de unas declaraciones racistas. La primera había sido creada por uno de los hijos de Bolsonaro, el diputado Eduardo, que diez días atrás insultó al país asiático al acusarlo de dictadura responsable de la pandemia.

Fuente: Sputnik



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