Afirman que política exterior de EEUU está en decadencia y muestra su declive imperial

Eldonita de Julio Pérez
2020-10-12 05:20:29

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Opinan que política imperial de EEUU está en declive

Houston, 12 oct (RHC) Estados Unidos, debido a sus actuales políticas, está perdiendo su “resto” de influencia en el mundo y el imperialismo que practica muestra un acelerado declive, afirmó Gerald Horn, profesor de historia en la Universidad de Houston y autor de varios libros sobre historia estadounidense y esclavitud.

En una entrevista con la agencia de noticias iraní Mehr, abordó el controvertido debate presidencial de la semana pasada en Estados Unidos.

El primer debate entre los candidatos republicano y demócrata a las presidenciales 2020, Donald Trump y Joseph Biden, respectivamente, que tuvo lugar el pasado 30 de septiembre, provocó una ola de reacciones de todo tipo en Estados Unidos.

Los medios de comunicación estadounidenses, tras calificar el debate de una hora y media de duración de “vergüenza nacional”, señalaron que el verdadero “perdedor” del debate había sido el pueblo norteamericano.

“Este debate mostró un imperio en declive en el que los dos principales candidatos presidenciales se expresaron con rudeza, ira y grosería, y estuvieron muy cerca de sobrepasar la frontera de la violencia, un rasgo que es una de las características más importantes de un imperio”, explica Gerald Horn al medio iraní.

Uno de los momentos más controvertidos del debate fue cuando Trump evitó condenar a los grupos supremacistas blancos de EEUU, movimientos que incluso han lanzado ataques armados contra participantes en las manifestaciones habidas a lo largo y ancho del país en los últimos meses contra la brutalidad policial y el racismo endémico dirigidos hacia las minorías étnicas de Estados Unidos.

El líder republicano, usando su turno de palabra para abordar este tema tan polémico, recurrió de nuevo a su diatriba habitual contra los movimientos de izquierda, entre ellos Antifa (abreviatura de antifascistas), que secundaron las multitudinarias protestas desatadas por el asesinato del afroestadounidense George Floyd a manos de un policía estadounidense a finales del mes de mayo en la ciudad de Mineápolis, en el estado de Minnesota (norte). 

Trump inclusó llegó a incluir a estos grupos en la lista de organizaciones terroristas de EEUU y los culpó de los incidentes que se desencadenaron a raíz de la violenta represión policial de las protestas. 

Sobre el desempeño de estos dos partidos mayoritarios de EEUU en lo que respecta a la lucha contra el racismo en los últimos tiempos, el historiador estadounidense sostuvo que los republicanos, hasta la fecha, han actuado peor que los demócratas, porque, explicó, necesitan los votos de los grupos ultraextremistas de corte racista para ganar las elecciones del primer martes del próximo noviembre.

Horn enfatiza que no hay que olvidar que una parte de la base del electorado demócrata es simpatizante o pertenece a movimientos que defienden la supremacía blanca en Estados Unidos. De hecho, insiste, no se debe omitir esta realidad, pues permite comprender mejor la trayectoria de Biden como senador del estado de Delaware (1973-2009) en una época en la que la detención y el posterior encarcelamiento de personas de rasgos negros era habitual y y respaldada por quienes votan a este político del Partido Demócrata.

Durante el debate, Biden llegó a reconocer que había una “desigualdad sistémica” en el sistema policial del país norteamericano, no obstante, culpó de los problemas únicamente a unas pocas “manzanas podridas” del sistema estadounidense.

Según Horn, el exvicepresidente en la época de Barack Obama, con este tipo de declaraciones contradictorias, pretende atraer la atención de los votantes de diferentes bloques hacia su candidatura presidencial.

Una de las reacciones más destacables sobre el debate presidencial fueron las declaraciones de Richard Haas, director del laboratorio de ideas estadounidense Council of Foreign Relations.

En un mensaje publicado en su cuenta de la red social Twitter, escribió que albergaba la esperanza de que, “como dijo Herbert Marshall McLuhan (filósofo canadiense), el mundo entero no haya estado mirando este debate, porque de lo contrario el resto de influencia estadounidense en el mundo se verá afectado y el ideal de democracia comprometido”.

Para el director del Think Tank estadounidense, los 90 minutos que duró el citado espacio televisivo fue el intervalo de tiempo más triste de su vida, por ser “el más frustrante, el más perturbador y el más desolador” de los debates vistos hasta el momento. “Si no estuvieras preocupado por el futuro de este país, no lo estarías viendo”, zanjó en otro tuit.

Horn también lo dicho por Haas: “Tiene razón, podría agregar que el imperialismo desesperado y en decadencia  puede estar avanzando cada vez más hacia la guerra”.

Es muy posible que EEUU, en sus esfuerzos para evitar el declive en el contexto del dominio mundial, haga lo que mejor sabe hacer, es decir, desencadenar una guerra para reafirmar su influencia global, puesto que el imperialismo se define, entre otras cosas, como la actitud y doctrina de quienes propugnan o practican el dominio de un país sobre otro u otros por medio de la fuerza militar, económica o política, tal como recoge la RAE.

A nadie le debería sorprender a estas alturas de que Washington esté tramando una intervención militar contra una nación que no cede ni un ápice de su soberanía e independencia ante las exigencias y designios de Estados Unidos o que la Casa Blanca instigue y respalde levantamientos militares que conduzcan a un golpe de Estado en toda regla en algún país que cuestiona sin titubeos su políticas imperialistas y hegemónicas.

Todo vale para Washington con tal de mantener su posición de superpotencia, y si eso significa valerse de su maquinaria punitiva, pues impondrá sanciones asfixiantes y draconianas a todos aquellos países que no comparten su visión de dominio global sin importarle si sus medidas restrictivas gozan del apoyo de los demás actores internacionales de peso.

Y es aquí donde las políticas imperiales de EE.UU. podrían producir un resultado contrario al planeado, haciendo que tales estrategias de dominación mundial dejen de funcionar. Pues es impensable que aquellos países a los que afecta el imperialismo estadounidense no hagan nada para contrarrestar las hostilidades de la Casa Blanca.

En otras palabras, la férrea resistencia mostrada por aquellas naciones soberanas e independientes es el talón de Aquiles de un Estados Unidos que no puede asimilar esta realidad.

En consecuencia, con la pandemia haciendo verdaderos estragos entre la población estadounidense y una recesión económica galopante, la Casa Blanca, ya incapaz de poner en práctica sus planes imperialistas y hegemónicos, perdería su posición de superioridad e influencia en el mundo, tal y como pronostica el Dr. Gerald Horn.

 

(HispanTV)



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