Recuerdan en Dominicana expedición perdida de luchadores cubanos

Eldonita de Leanne González
2017-03-22 16:58:01

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foto de archivo

La Habana, 22 de mar (RHC). La inmensa mayoría de los cubanos y dominicanos desconoce que jóvenes humildes que derrochaban fervor por Cuba y América ofrendaron la vida en la llamada Expedición perdida de 1959.

Así lo aseveró el director del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrios, quien disertó anoche en el capitalino Archivo General de la Nación, como parte de una visita de una semana que realiza a la República Dominicana.

Al referirse a aquel suceso, explicó que un grupo de rebeldes cubanos que intentó apoyar la lucha contra la dictadura trujillista desembarcó por error en Haití y fue diezmado por fuerzas de la tiranía duvalierista.

Como antecedente del suceso citó primero a la expedición antitrujillista liderada por el capitán dominicano Enrique Jiménez Moya y el comandante del Ejército Rebelde Delio Gómez Ochoa, quien desembarcó en República Dominicana en junio de 1959.

De ese hecho quedó para la historia, entre otros, el magnífico testimonio de Delio Gómez Ochoa en su libro “La victoria de los caídos: Constanza, Maimón y Estero Hondo”, publicado primero en Dominicana y años después en Cuba, dijo.

Reconoció que historiadores y protagonistas dominicanos de estos hechos han sido más que enjundiosos en su estudio que sus homólogos cubanos.

Explicó que pocas veces los historiadores se sumergen en explicar la historia de los fracasos y las indisciplinas cuando éstos deberían investigarse y explicarse con lujo de detalles para sacar las enseñanzas necesarias.

Manifestó que al conocerse la noticia en Cuba de la partida del comandante Gómez Ochoa a la patria de Máximo Gómez, un grupo de combatientes del cuarto Frente Simón Bolívar del Ejército Rebelde, que combatió al dictador Fulgencio Batista, bajo sus órdenes decide apoyarlo.

“Lo cierto es que el 10 de agosto de 1959, en una embarcación sustraída de la bahía de Puerto Padre, actual provincia de Las Tunas, zarparon rumbo a República Dominicana 29 combatientes. Ninguno era dominicano”, afirmó.

La dirigían Henry Fuerte, apodado “El argelino”, aunque de origen colombiano, y el mexicano Rangel Guerrero. También formaba parte de la expedición el argentino Jean Pasel Chivichimo, apodado “El gaucho”. El resto de los expedicionarios eran cubanos de la región de Las Tunas y de Holguín, explicó el historiador.

Narró que luego de una seria avería en el puerto de Moa, cambiaron la embarcación y tres días después, faltos de práctico, desembarcaron erróneamente en Haití.

Relató que tan implacables y represivas como fueron las huestes de Rafael Leónidas Trujillo contra los expedicionarios de Constanza, Maimón y Estero Hondo, fueron las del dictador Fran ois Duvalier, quien denunció ante la Organización de Estados Americanos (OEA) lo que llamó “la invasión cubana”.

La persecución a los expedicionarios se transformó en verdadera cacería, solo cinco sobrevivieron y tras múltiples gestiones diplomáticas fueron devueltos a Cuba, explicó González Barrios.

“Fueron almas solidarias llevadas por el impulso de auxiliar a su jefe o morir con él, en pos de una causa justa: derrotar al régimen de Trujillo”, aseveró.

Precisó que recientemente, en el último Congreso Nacional de Historia, en la ciudad de Holguín, en Cuba, por acuerdo general de los historiadores cubanos se reivindicó esta expedición y a los participantes como héroes cubanos.

Aseguró que aunque aún no existe un análisis integr al de la academia, Maria Antonia Bofill Pérez, maestra jubilada e hija de uno de aquellos héroes (José Antonio Bofill Carbonell), escribió el libro “La olvidada expedición a Santo Domingo, 1959”.

Se trata de un noble homenaje a aquellos apasionados y temerarios revolucionarios que en pos de un bello ideal no calcularon el alcance de sus sueños, indicó.

González dijo que en el 2015 el Archivo General de la Nación de República Dominicana publicó ese libro que pronto también será editado en Cuba.

Manifestó que los hombres de agosto de 1959 avivaron la leyenda, no murieron en vano, pertenecen a la misma estirpe de los que cayeron con el Che en Bolivia o combatieron en Angola, Etiopía y otras misiones gloriosas internacionalistas cubanas.



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