La Habana, (PL) Varios países del mundo apuestan hoy por el trióxido de arsénico para tratar la leucemia mieloide, sin embargo los altos precios del fármaco limitan el acceso de la población a esa prometedora droga.
Cuba la produce y mantiene hace pocos años como tratamiento de primera línea para dichos casos oncológicos, totalmente gratis como es la atención médica en el país.
El arsénico es un metal pesado, sin embargo, su uso clínico se recoge en la literatura hace más de dos mil años con múltiples aplicaciones.
Las preparaciones que contienen tal sustancia se han estado usando en la medicina durante más de dos mil años.
El tratamiento con ese veneno se utilizó en los Estados Unidos y Europa hace más de cien años para el cáncer hematológico y las infecciones, pero la quimioterapia moderna y los antibióticos lo reemplazaron.
En el caso de la leucemia promielocítica, el trióxido de arsénico tiene magníficos resultados y fue rescatado en 1998 cuando hematólogos chinos se percataron de sus beneficios para lograr la remisión de este padecimiento.
Cuba empezó a utilizarlo en el 2000 en pacientes que trataban esa leucemia con el ácido retinoico -medicamento líder a nivel mundial para la dolencia- pero tenían recaídas, explicó en exclusiva a Prensa Latina, el doctor Carlos Hernández del Instituto de Hematología e Inmunología (IHI).
“Lo usamos en 10 pacientes en esa condición y logramos la remisión en ocho de ellos”, contó el líder de la investigación, que ya casi llega a dos décadas de trabajo con el fármaco.
“Primero se usó para rescatar personas en recaída, sin embargo, por sus prometedores resultados, apoyado por la experiencia como droga de primera línea en países desarrollados, nos propusimos hacer un ensayo con los recién diagnosticados” , añadió el galeno, jefe del Servicio de Adultos del IHI.
Con ácido retinoico alcanzamos un 83 por ciento de sobrevivencia a los cinco años y curación del 83,5 por ciento, comentó el especialista.
Sin embargo, con esa droga, se presentaba hasta un 20 por ciento de pacientes con recaídas, pero con el trióxido de arsénico ese indicador cae dramáticamente a menos del 3,5 por ciento de los casos, destacó Hernández.
El mismo explicó que la leucemia promielocítica se conoce en la cultura popular como leucemia fulminante porque mata en la primera semana debido a trastornos hemorrágicos
“Perdemos siempre un diez por ciento de los casos, 10 por cada cien no logran pasar los días iniciales de los trastornos severos de la coagulación”, agregó.
“Pero si logramos que el paciente supere ese plazo con tratamiento de sostén, apoyándolo con plaquetas y plasma, esos 90 recuperados tienen muy pocas posibilidades de recaer en la enfermedad tras tratarse con trióxido de arsénico”, ponderó.
“Son personas que, tras cinco años de remisión mantienen una sobrevida de 90 por ciento y los damos como curados”, puntualizó.
Además, recordó que muchos casos pediátricos afectados a muy temprana edad hoy son hombres y mujeres totalmente incorporados a la sociedad.
Con tales resultados estamos a la cabeza de Latinoamérica y en igualdad de condiciones con países desarrollados, resaltó Hernández.
“Fuimos uno de los primeros países que apostaron por el trióxido de arsénico como droga de primera línea y con magníficos resultados para el Instituto cubano de Hematología e Inmunología (IHI)”, celebró.
Hernández consideró que esa droga es uno de los grandes logros de la medicina y de la farmacología cubana.
“Está reconocido en el mundo entero, pero su precio es muy elevado, un bulbo de trióxido de arsénico puede costar 200 dólares o euros en muchos países”, refirió.
El tratamiento comprende un bulbo diario durante 42 o 45 días como promedio es impagable, por lo cual no es accesible para todo el mundo en otros países, a diferencia de Cuba, indicó.
Según el especialista, anualmente en el país caribeño hay 30 nuevos casos de leucemia promielocítica como promedio.
Ese es el tipo de cáncer hematológico más común en la población de origen latino, con mayor frecuencia en personas mayores de 10 y menores de 60 años
Es un poco más usual en los hombres que en las mujeres, pero el riesgo promedio durante la vida en ambos sexos es menos de la mitad del uno por ciento.
Para la terapia con trióxido de arsénico la aplicación es por vía endovenosa en Cuba, y como su componente base es un metal pesado es tóxico, pero manteniendo el régimen del tratamiento establecido y controlando la cardiotoxicidad se elimina cualquier riesgo a la vida.
Para ello al paciente se le realiza electrocardiograma dos o tres veces por semana y ante el más mínimo indicador de malestar se suspende el tratamiento por varios días hasta que se estabilice.
Hasta el momento, el IHI no cuenta fallecidos a causa del medicamento, ni personas que hayan quedado con un daño hepático posterior.
Especialistas de todo el mundo admiran que en Cuba se utilice ese novedoso medicamento en todos los pacientes del país, debido a su alto precio a nivel internacional.
Sin embargo en Cuba el sistema de salud lo ofrece gratuitamente a la población, además se fabrica en la nación, con un coste de producción estimado inferior a los 10 dólares.
Arsénico: veneno para la leucemia
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