por María Josefina Arce
Intensa ha sido por estos días la solidaridad del mundo, en especial de los pueblos latinoamericanos, con Cuba al cumplirse el 63 aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, acción que mostró al mundo la lucha revolucionaria que tenía lugar en el archipiélago contra la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista.
La presencia de amigos de Cuba, de diversas latitudes, en los festejos por la efeméride y su participación en labores productivas reafirma el apoyo que ha acompañado al pueblo cubano a lo largo de más de medio siglo de proceso revolucionario.
Brigadas de solidaridad como la Juan Rius Rivera, Venceremos y Pastores por la Paz nos han acompañado a lo largo de estos días y han expresado su respaldo a las profundas transformaciones que tienen lugar en la Mayor de las Antillas para avanzar en la construcción de un socialismo próspero y sostenible.
La ocasión también ha sido propicia para demandar el fin del bloqueo norteamericano, medida unilateral y genocida que se mantiene a pesar de que en los últimos meses ha habido un acercamiento entre Cuba y Estados Unidos.
La agresiva política, calificada por muchos como obsoleta, también será tema de debate en el Octavo Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba, que desde este jueves trabaja en República Dominicana con la participación de cientos de personas de toda el área.
República Dominicana es el primer país caribeño que asume un reto de esta naturaleza, que además tiene la característica en esta ocasión de que Puerto Rico, que por su condición colonial no puede acogerlo en suelo patrio, es co-anfitrión en territorio dominicano.
Organizado por la Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba, el Comité Puertorriqueño de Solidaridad con Cuba y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, al encuentro asisten personalidades internacionales como el teólogo brasileño Frei Betto.
También destaca la participación de Fernando González, uno de los Cinco Héroes, quien durante más de 15 años guardó injusta prisión en Estados Unidos por monitorear las acciones contra Cuba de los grupos de ultraderecha de origen cubano, asentados en territorio norteamericano.
Conferencias magistrales, paneles, mesas grupales y plenarias se desarrollarán hasta el venidero día 30 para conocer sobre los esfuerzos solidarios de cada país con la revolución cubana y concretar nuevas iniciativas que guíen la solidaridad en todo el continente.
El encuentro sin dudas, será una ocasión propicia para profundizar la solidaridad no solo con la revolución cubana, sino con los procesos latinoamericanos y caribeños que trabajan por sus pueblos y que hoy son objeto de acciones desestabilizadoras de la oligarquía, apoyada por Estados Unidos.