por Álvaro Samuel
Indudablemente el pueblo Venezolano desde que decidió seguir el camino de la Revolución Bolivariana, el camino hacia el socialismo, no la ha tenido fácil, secuestraron al Comandante y volvió, un paro petrolero y sacamos a PDVSA adelante, un paro patronal que no ha sido cerrado ojo, la desaparición física del Comandante Chávez, las guarimbas, guerra económica y todavía seguimos de píe, luchando por el futuro de los niños y niñas de la patria.
Durante la semana pasada y esta que está corriendo en los medios informativos venezolanos tres temas se han robado los espacios, el primero, es el aumento de los salarios anunciado por el Presidente Obrero Nicolás Maduro; segundo, la apertura de la frontera con la hermana república de Colombia; y el tercero el de la distribución de alimentos en el territorio nacional.
En los últimos tres años se ha aumentado el salario de los venezolanos 13 veces, y la cifra de desempleo no pasa del 7% del total de la población en edad de trabajar. ¿En qué país de Europa se ha repetido la misma situación?
Sobre el aumento que tendrá vigencia a partir del primero de septiembre, el Presidente Maduro anunció que “estas son medidas de guerra para proteger a un pueblo sometido a la guerra económica de una burguesía y de un imperialismo que cree que nos puede arrodillar, no podrán con nosotros”. El salario mínimo a partir del próximo mes se ubicará en 22.576 bolívares y el cesta tickets en 42.480 bolívares, lo que da un total de 65.056 bolívares.
Esta acción ha generado diferentes interpretaciones en el pueblo, un grupo considerable de venezolanos cree que el aumento lo que traerá es más inflación y que al final será lo mismo, el sueldo no les alcanzara –idea sembrada desde siempre por los “especialistas” de la derecha- ; otro grupo grande también está de acuerdo con el aumento y tienen confianza en que hará más llevadera la guerra económica que se vive en la tierra de Bolívar.
En lo que va de año el salario de los venezolanos ha aumentado en un 93%, caso contrario ocurre en Argentina donde los docentes reclaman mejoras en el sistema de educación y un aumento salarial del 30% para poder paliar la inflación que ya subió más del 27 por ciento para un acumulado interanual del 43 al 45. No podemos negar que a causa de la guerra económica en Venezuela existe una inflación artificial del 181% que castiga el bolsillo del pueblo.
Mientras en Venezuela los politiqueros de la derecha se rasgan las vestiduras defendiendo los intereses de los empresarios privados, el Estado sigue buscando las formas para salir de la guerra económica, sin dejar de lado las grandes misiones y los proyectos sociales que benefician a los todos los venezolanos, esto ocurre mientras en Alemania los accionistas de El Bundesbank están pidiendo a Merkel que suba a 69 años la edad de jubilación, les quieren sacar más jugo al pueblo alemán, que cara dura son, y en Venezuela se aumentan las pensiones y las jubilaciones a nuestro abuelas y abuelos.
Otro factor influyente en la economía de los venezolanos cuando ocurre un aumento salarial es la manía del sector transporte de querer aumentar el precio del pasaje -no mencionan que los trabajadores de este sector ganan más de el sueldo mínimo en un mes-, poniendo como fundamento el aumento del mantenimiento de las unidades, que en su mayoría son obsoletas y nunca las ponen bonitas aunque le aumenten mil veces el precio del pasaje, por ese motivo el ministro del Poder Popular para Transporte Terrestre y Obras Públicas, Ricardo Molina, se ha sentado con los transportistas para evaluar un precio justo, que ojala se logre porque gran parte de nuestros salarios se va al sector transporte.
El segundo tema que llenan las páginas web de noticias, los noticieros de televisión y los periódicos impresos es el de la apertura de la Frontera con Colombia que se ha convertido en una válvula de escape para muchos venezolanos que cruzan los 2.219 kilómetros que compartimos con Colombia para adquirir productos de la cesta básica.
Recordemos que muchos de los alimentos que se consiguen en la Frontera con la hermana república son extraídos del mercado venezolano y llevados para allá porque son de más fácil acceso para el pueblo colombiano por su costos bajos.
El jefe de Estado afirmó que se están “supervisando los pasos para la reapertura gradual de las fronteras y como ha sido un rotundo éxito la primera etapa, esto nos permite avanzar en abrir otros pasos fronterizos”, los gobiernos de Venezuela y Colombia están definiendo acuerdos para abrir el paso vehicular en la frontera, lo que puede convertirse en un problema y no en solución si vuelve con mayor escala el bachaqueo de productos de la cesta básica desde Venezuela hacia Colombia, el gobierno debe trabajar con mucho pulso ese tema.
Recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), realizó un informe a petición de ambos gobiernos, y debo decir que no descubrió nada que no supiéramos con anterioridad, que el dólar paralelo y la diferencia de precios afecta comercio entre ambas naciones.
Vaya que esos 2.219 kilómetros que compartimos con Colombia tienen historia y seguirán teniendo porque las relaciones entre ambas naciones siempre han sido volátiles, esperemos que las negociaciones avancen con pasos firmes para lograr la “frontera de paz” que debemos tener como pueblos hijos del Libertador Simón Bolívar.
Ha surgido un nuevo fenómeno en Venezuela, las “precolas”, grupos de personas que se concentran en los alrededores de los automercados todos los días esperando la llegada de cualquier camión distribuidor, la mayoría mujeres de la tercera edad y muchos bachaqueros que viven de revender los productos a precios que superan el 500% de los precio original. También seguimos teniendo problemas con relación a los medios de producción de productos de la cesta básica, la mayoría están en manos de la empresa privada que inventan excusas para no producir, lo que hace que el gobierno tenga que invertir gran parte de las divisas que entran al país en importar comestibles para el pueblo.
En el tema de producción de alimentos hemos avanzado, la Gran Misión Abastecimiento Soberano se encuentra en un 69% de su capacidad productiva, lo que ha generado que las distribuciones de los combos de productos de la cesta básica lleguen en menos tiempo a cada familia y al precio real de cada producto, aunque todavía se presentan demoras en pequeños sectores del país. Se están implementando planes de producción de maíz y otros rubros, han aumentado por tres la cantidad de barcos que atracan y descargan insumos en los puertos venezolanos para colaborar con el avance de la Gran Misión Abastecimiento Soberano.
Saldremos de esta guerra económica y alimentaria al igual que salimos de las anteriores trabas que nos han puesto en nuestro camino, seguiremos avanzando hacia la construcción del socialismo a pasos de vencedores.
(latrincheranoticias.wordpress.com)
