Cubanos demuestran importancia que otorgan al estudio de perfiles universitarios

Editado por Maite González Martínez
2016-09-05 12:47:02

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Por: Roberto Morejón

Más de un millón 700 mil alumnos iniciaron en Cuba el año lectivo 2016-2017, y entre los que acudieron a las aulas con sueños, expectativas y lógicas inquietudes figuran los de la enseñanza superior.

 La mayoría de los aseguramientos materiales se concretaron incluyendo las Universidades, cuya instrucción continuará gratuita, aunque todavía restan inversiones por concretar para la cobertura total de laboratorios y mejoramiento de residencias estudiantiles.

 Una parte de los nuevos educandos en la rama de altos estudios estrenará 29 especialidades de tiempos más cortos, con perfiles adaptados de las asignaturas.

 Hablamos de una primicia del presente curso escolar universitario y de Cuba, donde si bien se graduaron más de un millón de personas en más de medio siglo, es imprescindible contar con siguientes egresos en el menor tiempo posible, sin renunciar a la calidad.

 Los estudiantes que comienzan este año esas especialidades en el curso diurno podrán concluirlas en cuatro años y los de la modalidad por encuentros lo harían en cinco.

 Por cierto, las plazas de los cursos por encuentros aumentaron en 51 mil en respuesta al interés de muchos trabajadores de aumentar sus conocimientos y calificaciones profesionales.

 En total, las Universidades cubanas abrieron sus puertas en la presente etapa con más de 87 mil plazas nuevas, de ellas 29 mil 190 son de perfil pedagógico, en correspondencia con los apremios del país de adiestrar más educadores.

 Para atender esos ingresos y a los pupilos de otros años, los centros de altos estudios de Cuba ejecutan un plan para alcanzar mayor racionalidad material, financiera y de personal, en la última etapa de un proceso de integración.

 Las autoridades universitarias implementaron la readecuación gradual de sus estructuras, ahora en marcha en La Habana, con el objetivo de reducir las unidades presupuestadas y seleccionar los mejores líderes para cada cargo.

 A su vez, pretenden fortalecer el claustro y una mejor comunicación con las organizaciones de los territorios para la solución de los problemas de las Universidades.

 La integración de las academias del nivel superior mantuvo en sus puestos a los profesores e intactos sus salarios, aunque implicó la reestructuración de facultades, departamentos y la pirámide de los cargos directivos.

 El reordenamiento de la red de centros universitarios ayudó a la conexión a la fibra óptica e Internet de más trabajadores y alumnos.

 Con condiciones materiales en vías de mejoramiento y la calidad docente avalada, los jóvenes cubanos ingresan por primera vez a las Universidades o continúan en ellas, según el caso, en evidencia de la importancia concedida a esa oportunidad de superación.



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