por María Josefina Arce
A pesar del acercamiento que en los últimos meses se ha registrado entre Cuba y Estados Unidos aún se mantiene contra el pueblo cubano el genocida y unilateral bloqueo económico, comercial y financiero, que durante más de cinco décadas ha impactado notablemente a la población del país caribeño.
Las medidas promulgadas hasta el momento por el presidente norteamericano, Barack Obama, aunque han sido calificadas de positivas por Cuba, tienen un alcance limitado y mantienen la esencia de esa política, calificada por muchos como criminal y obsoleta.
De ahí que por vigésimo quinta ocasión la Asamblea General de la ONU discutirá el proyecto, no vinculante, sobre la necesidad de poner fin a esa hostil medida, presentado este viernes ante la prensa nacional y extranjera acreditada en La Habana por el canciller Bruno Rodríguez.
Año tras año el proyecto ha contado con el apoyo abrumador de la casi totalidad de los miembros de la ONU, en inequívoca condena a esa agresiva política, que ha provocado pérdidas económicas a la Mayor de las Antillas por más de un millón de millones de dólares.
En octubre del pasado año la comunidad internacional manifestó su contundente rechazo al cerco económico. Ciento 91 países votaron a favor de ponerle fin, lo que sumó 24 votaciones en apoyo a la resolución cubana.
Aislado quedó nuevamente Estados Unidos, solo acompañado de su incondicional socio Israel, en la Asamblea General que destacó lo anacrónico del mantenimiento de una política que impide una verdadera y real normalización de las relaciones entre las dos naciones.
El hecho es que el bloqueo ha afectado esferas sensibles como la salud y la educación. Así tenemos que en el informe del pasado año se refleja que solo en el sector sanitario la afectación monetaria acumulada desde el inicio del bloqueo es de 2 541 millones de dólares.
A esto se suma la imposibilidad de obtener determinados fármacos o equipos médicos, lo que pone en peligro la vida de numerosos cubanos, incluidos niños.
Calificado como el más prolongado y cruel que haya conocido la historia de la humanidad, el cerco intenta frenar el desarrollo económico del archipiélago, al poner obstáculos a su avance en diversas ramas.
Pero también por su carácter extraterritorial frena sus relaciones con empresas de otras naciones. Numerosas multas ha impuesto Estados Unidos a las firmas que mantienen relaciones comerciales con Cuba.
Aunque el presidente norteamericano ha manifestado que se debe poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba, esta política se mantiene y continúa causando profundas afectaciones a la economía nacional y limitando el derecho al desarrollo de nuestro pueblo.