por Roberto Morejón
La reunión de cancilleres de Países No Alineados en Venezuela puso de relieve conflictos que agobian al mundo, porque sigue vigente la política de fuerza, explícita o velada, para intervenir en los asuntos internos de las naciones, muchas de ellas integrantes del Movimiento.
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, destacó que los acuerdos de los NO Alineados durante las cumbres de mil 979 y 2006 en La Habana fueron desacatados por las potencias occidentales.
El orador puso como ejemplo la imposibilidad de alcanzar la descolonización plena por las naciones pobres y la continuidad de guerras, agresiones, golpes blandos e intentos de cambio de régimen.
En el foro de la Isla de Margarita varios cancilleres aludieron a los casos de Venezuela, Libia y Siria, donde fuerzas externas, en confabulación con extremistas y políticos ultraconservadores, actuaron o pretenden dar un vuelco a los gobiernos respectivos.
En esa misma línea de pensamiento se manifestaron otros cancilleres participantes en la reunión de los No Alineados, como el de Palestina, Riad Al Malki.
El representante palestino denunció la violación del derecho a la vida de su pueblo y el fortalecimiento de la ocupación israelí con la consiguiente destrucción de las oportunidades de paz.
El ministro ecuatoriano de relaciones Exteriores, Guillaume Long, instó a los No Alineados a ser militantes contra el neoliberalismno, la injusticia y el imperialismo.
Varios jefes de diplomacia reconocieron la necesidad de convertir al Movimiento en una herramienta eficaz para impedir nuevas agresiones de los países poderosos.
De ahí la importancia, señalaron, de defender el lema central de la cumbre en Venezuela, centrado en la paz, la soberanía y la solidaridad para el desarrollo.
La canciller de Indonesia, Retno Marsudi, fue más allá al abordar las expectativas del No Alineamiento y abogó porque sea una fuerza moral, eficiente en sus decisiones, e innovador, bajo las banderas del multilateralismo.
Para defender ese amplio diapasón los cancilleres reiteraron el apremio de democratizar las principales instancias de la ONU, sobre todo del Consejo de Seguridad.
Igualmente numerosos disertantes recordaron la necesidad de hacer valer un principio fundacional de los No Alineados, el de poner fin a la amenaza del uso de la fuerza o su empleo efectivo en las relaciones internacionales.
A la luz de la exposición de una problemática mundial tan amplia y compleja, se hizo patente en el plenario de cancilleres la certeza de que el Movimiento de los NO Alineados promoverá bajo la presidencia de Venezuela los principios raigales en defensa de la paz y la soberanía.