Por Lídice Valenzuela
La XVII Conferencia del Movimiento de Países no Alineados (MNOAL) que concluyó hace unas horas en Venezuela deja un saldo positivo para la legitimidad de un organismo internacional representante de los intereses de Estados en vías de desarrollo, en momentos en que el imperialismo estadounidense recrudece sus intereses en la posesión de territorios y sus recursos naturales, al costo de miles de vidas inocentes.
Esta cita, celebrada en la isla Margarita —una de las tres integrantes del Estado insular de Nueva Esparta—, deja varias lecturas, y quizás una de las más importantes es la necesidad de la unión de sus 120 miembros como elemento estratégico para enfrentar los nuevos mecanismos de agresión y guerras provocadas por Estados Unidos, en un mundo en el que se suponía había terminado la Guerra Fría.
En lo que se considera un nuevo espaldarazo mundial a la Revolución Bolivariana, el presidente venezolano Nicolás Maduro recibió la investidura de la presidencia pro tempore hasta el 2019 de manos de su par iraní Hasán Rouhaní, quien tuvo palabras de solidaridad con la patria de Hugo Chávez Frías, un gran amigo de la nación persa.
Asuntos medulares que inquietan a los pueblos fueron analizados por los altos dirigentes de los No Alineados, quienes desde sus experiencias y diversidad política lograron un consenso sobre la Declaración de Margarita, texto rector del trabajo que al frente del mecanismo integracionista hará Venezuela en los próximos tres años. Azerbaiyán será la sede de la próxima Cumbre.
Voces autorizadas y respetadas a nivel mundial se alzaron en esta Cumbre, en momentos en el que la paz mundial está en riesgo, con el reclamo del cese de la estructura imperialista que fomenta las guerras como palanca de su maquinaria armamentista.
Este domingo, mientras en la caribeña isla venezolana se hablaba de estos temas, Rusia debió convocar con urgencia al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante el ataque norteamericano a una unidad de las Fuerzas Armadas de Siria, con saldo de unos 80 soldados muertos, en violación de los acuerdos alcanzados por las dos potencias hace unos días.
El bombardeo, que según Washington constituyó “un error” —algo difícil de creer dada la alta tecnología de los medios bélicos que utiliza—, sacudió la Cumbre de los No Alineados, con intervenciones de, entre otros, el canciller de la República Islámica de Afganistán, Salahuddin Rabbani, quien hizo un llamado a la comunidad internacional para alcanzar una solución integral al conflicto armado en Siria.
También el embajador de Siria ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Bashar Jaafari, denunció que Estados Unidos pretende reeditar en su país las acciones aplicadas en Iraq, nación que sufrió una invasión justificada sobre la base de la mentira.
Elogios recibió la intervención del presidente cubano Raúl Castro, cuyo país, junto a Colombia y ahora Venezuela, han sido depositarios de las presidencias temporales del MNOAL en América Latina.
En su discurso, Raúl Castro denunció la continuidad del bloqueo que Estados Unidos, en un hecho insólito en la historia humana, mantiene contra la isla caribeña desde hace más de 50 años, y habló sobre los graves perjuicios que esa extrema medida causa en el pueblo cubano y la economía nacional.
El presidente precisó que “…para Cuba, la no alineación significa la lucha por modificar radicalmente el orden económico internacional impuesto por las grandes potencias, que ha conducido a que 360 personas posean una riqueza anual superior a los ingresos del 45 % de la población mundial. La brecha entre países ricos y pobres crece. La transferencia de tecnologías del Norte al Sur es una aspiración esquiva. La globalización favorece fundamentalmente a un selecto grupo de países industrializados. La deuda de los países del Sur se multiplica y suma más de 1 700 millones de millones de dólares”.
También tuvo palabras de solidaridad con Venezuela, con la presidenta Dilma Rousseff, separada de su cargo por acusaciones no comprobadas, en un golpe de Estado parlamentario-jurídico; con Puerto Rico, colonizado por Estados Unidos, y con Palestina ocupada.
Otros mandatarios latinoamericanos igualmente hablaron en la plenaria, entre ellos Rafael Correa, de Ecuador, Evo Morales, de Bolivia y otros dirigentes del Caribe insular, quienes, en una sola voz, plantearon sus posiciones sobre los planes intervencionistas de Estados Unidos, que pretende derrumbar con nuevos mecanismos, sin recurrir a los militares, a los gobiernos progresistas de la región.
Para los asistentes a la plenaria de dos días en el Centro de Convenciones de Margarita resultó estimulante escuchar al viceprimer ministro de Vietnam, Vu Van Ninh, quien entregó a Venezuela la solidaridad de su pequeño país, que pasó a la historia como uno de los pocos que en el mundo han derrotado militarmente al Ejército norteamericano.
La República Popular de Corea, estigmatizada en otros foros internacionales, explicó la política de defensa a que está obligada ante las provocaciones estadounidenses. Su canciller, Ri Yong-ho, defendió la política nuclear de su país y refirió que los últimos ensayos responden a un razonamiento de legítima defensa, al encontrarse ante el peligro de los ejercicios militares de la poderosa nación norteña con la fronteriza Corea del Sur.
“De esta manera nuestro armamento nuclear no está en contradicción con la posición del NOAL, que es antinuclear y antiproliferación”.
Luego de seis días de trabajo con tres segmentos establecidos —altos funcionarios, cancilleres y jefes de Estado y gobierno o sus representantes— fue adoptada la Declaración de Margarita, de 11 puntos, que según el presidente Correa serán cumplidos a cabalidad por la presidencia venezolana.
La solidaridad, la lucha por la paz y la integración, el no alineamiento y otros principios válidos hasta hoy, pilares en la constitución del MNOAL desde 1961 en Yugoslavia —y antes en la Cumbre de Bandung en 1955— volvieron a esgrimirse en isla Margarita.
Una nueva página de urgentes tareas que ponen a prueba los valores que mueven a los No Alineados comenzó este fin de semana en Venezuela. Desde su puesto de combate, Caracas pretende, según Maduro, edificar una trinchera vigorosa contra el colonialismo, la guerra y el saqueo económico en Asia, África y América Latina.
(Tomado de Cubahora)