por Roberto Morejón
La primera visita oficial a Cuba de un primer ministro chino, en este caso Li Keqiang, culminó con la firma de importantes acuerdos de cooperación y la reafirmación de los tradicionales vínculos de amistad y cooperación.
En evidencia de la solidez de una relación de casi 56 años, la amplia delegación acompañante del Premier chino y sus interlocutores cubanos suscribieron una veintena de documentos rectores de los intercambios futuros.
El abanico de acuerdos es amplio y se inscribe en las líneas maestras de los planes económicos de Cuba.
Se incluyen líneas de crédito para el desarrollo de la rama gráfica y la prensa y donativos con vistas a la adquisición de equipos que modernizarán la Aduana y de materias primas destinadas a producir paneles solares.
Las avenencias cubano-chinas incluyen la cooperación para el fomento de capacidades productivas, inversiones y protección frente al cambio climático así como en la informática.
China también otorgó facilidades financieras a Cuba con el objetivo de erigir un parque eólico y dos bioeléctricas aledañas a fábricas de azúcar y se comprometió a favorecer el seguro bancario.
Entre las coincidencias sobresale la asistencia a Cuba para emprender un plan de desarrollo industrial, a cuyo empeño aportan los resultados de la decimosegunda Sesión del Comité Empresarial, reunido en La Habana.
La colaboración industrial se extenderá al ensamblaje aquí de ómnibus de mediano porte, que con la marca Diana están presentes en cabeceras provinciales y municipales cubanas, y de los vehículos para el uso en ciudades, con el sello Yutong.
Además, los gobiernos concertaron una agenda económica con una visión a mediano y largo plazos, con la definición de áreas de participación en la infraestructura, telecomunicaciones, energía, industria farmacéutica, biotecnología, salud y turismo.
La llamada industria del ocio debe alentarse, pues Cuba se ha convertido en un destino ideal para los vacacionistas chinos, con acceso a vuelos directos Beijing-La Habana.
Como balance de la visita de Li Keqiang también se vislumbra el aumento de las inversiones de compañías del país asiático, una modalidad con resultados discretos hasta ahora.
La exitosa visita del Premier chino evocó igual resultado de la realizada por el presidente Xi Jinping en 2014, cuando se firmaron 29 convenios.
China debe proseguir como el segundo socio comercial de Cuba y seguramente aumentará el monto de las transacciones, hoy del orden de los 1 600 millones de dólares.
Será así porque Li Keqiang introdujo una nueva dinámica en los nexos bilaterales y contribuyó, como la visita de Xi Jinping, a los esfuerzos para elevar la concertación económica al nivel de los lazos políticos, situados en el mejor momento de su historia.