por Roberto Morejón

Matthew, el huracán más poderoso del Atlántico desde 2007, hundió aún más en el infortunio a Haití al castigar sobre todo la costa occidental, una de las regiones con población de menos recursos.

Conocido por su vulnerabilidad a los desastres naturales, el país más pobre del Hemisferio Occidental fue embestido por un huracán fuerza cuatro, de un máximo de cinco.

El fenómeno meteorológico obligó a desplazarse a más de 14 000 personas, aunque otras miles permanecieron en sus asentamientos, a pesar de su fragilidad, por temor a perder las pertenencias.

Las fuertes lluvias y los intensos vientos dejaron aisladas más de 30 localidades, fundamentalmente en la costa sur, donde los pobladores perdieron los techos de sus viviendas e incluso los inmuebles en su totalidad.

Aunque el Gobierno haitiano dispuso de unos 7l 700 dólares por cada uno de los 140 municipios para hacer frente a las consecuencias del intenso huracán, la cifra parece irrisoria ante el probable monto de las pérdidas.

En medio de contradictorias versiones sobre la cifra de muertos que algunos sitúan en diez, los haitianos volvieron a sentir en todo su alcance los desmanes de los fenómenos naturales.

Cataclismos de este tipo son especialmente devastadores en Haití por las zonas propensas a las inundaciones y viviendas muy endebles.

Más de 55 000 ciudadanos se hacinan en campamentos con mínimas condiciones de vida, levantados después de la sacudida telúrica de 2010, con saldo de más de 200 000 personas muertas.

Tampoco esa sufrida población logra cortar una epidemia de cólera, aunque los médicos extranjeros, principalmente cubanos, evitan situaciones peores.

Se teme que el intenso huracán Matthew arrasara con buena parte de los pocos árboles existentes, pues Haití se caracteriza por su desforestación, tierras erosionadas y colinas con frecuentes desprendimientos de rocas.

Igualmente existe preocupación porque la contaminación del agua contribuya a la transmisión de enfermedades.

La inquietud es acertada porque menos de una de cada 5  personas de zonas rurales tiene acceso a saneamiento y 40%o de los habitantes utiliza fuentes de agua inseguras.

La catástrofe es tan acentuada que el Consejo Electoral Provisional se vio precisado a postergar las elecciones generales fijadas para el domingo en respuesta a la invalidación de las de octubre de 2015 por supuestas irregularidades.

La única esperanza de mitigar la presente desventura radica en que se hagan efectivas las promesas de suministros del Programa Mundial de Alimentos, otras entidades y el gobierno de Venezuela, aunque los haitianos cuentan con la disposición de los médicos cubanos de seguir en sus puestos.