por María Josefina Arce
Fidel Castro descansa desde las primeras horas de este domingo en Santiago de Cuba, en el cementerio de Santa Ifigenia, junto a otros héroes cubanos y a su máximo maestro y guía, el Apóstol de la Independencia, José Martí, de quien es el más legítimo de los continuadores.
Fidel es una de las personalidades que con mayor profundidad ha estudiado la obra martiana y plasmado su ideario a través de la historia de la Revolución Cubana. Es así que afirmaría: !. Traigo en el corazón las doctrinas del Maestro y en el pensamiento las nobles ideas de todos los hombres que han defendido la libertad de los pueblos."
A Martí lo calificó el líder histórico de la revolución cubana, como el autor intelectual del Asalto al Cuartel Moncada, aquella acción del 26 de julio de 1953 que aunque no fue un éxito militar dio a conocer al mundo que en Cuba estaba viva la llama de la lucha por la libertad,
No es por tanto casual que en su alegato de autodefensa, conocido como “La historia me absolverá”, haya mencionado tantas veces el nombre del maestro, pues sus ideas lo llevaron a la lucha insurreccional contra el dictador Fulgencio Batista y tras el triunfo revolucionario a poner en práctica una política de justicia social, ya esbozada en el programa del Moncada, sustentado en el ideario martiano.
Este programa, contenido en su autodefensa durante el juicio que siguió a la heroica acción revolucionaria del 26 de julio, sería la base de medidas a favor del pueblo que condujeron a la Revolución socialista y a sustentar su espíritu solidario y humanista.
El apóstol clamaba por la igualdad de los hombres y el proceso revolucionario devolvería la dignidad a todos los cubanos, sin importar raza, ni credo, y haría del país un ejemplo ante el mundo.
Es así que una de las primeras acciones de la naciente revolución, bajo el liderazgo de Fidel, fuera la Campaña de alfabetización que saldó una vieja deuda con los sectores más humildes de toda Cuba. Desde tan temprana fecha como 1961 sería la Mayor de las Antillas declarada Territorio Libre de Analfabetismo.
Asimismo a partir de enero de 1959 todos los cubanos tenemos derecho sin costo alguno a estudiar en los distintos niveles de enseñanza y acceso a la atención médica, a la cultura y el deporte, entre otras prerrogativas.
El latinoamericanismo del maestro calaría también hondamente en Fidel. Siempre soñó Martí con una Patria Grande, unida. Un siglo después el líder histórico de la revolución cubana continuaría esta batalla, ya presente en el programa del Moncada, cuando se proclama la politica de solidaridad e integración con los pueblos de América Latina.
A su esfuerzo y su sentido de pertenencia a este continente se deben mecanismos de integración como el ALBA, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, que desde posiciones solidarias y humanistas incentiva el desarrollo de las naciones del área.
También dio vida a iniciativas como la Operación Milagro y al método cubano de alfabetización “Yo sí puedo”, que han representado un impactante cambio para millones de latinoamericanos que han recuperado la visión y aprendido a leer y escribir.
Fidel Castro descansa en su querida Santiago de Cuba junto a Martí, a quien admiró a lo largo de toda su vida y de quien afirmara "Martí es y será guía eterno de nuestro pueblo. Su legado no caducará jamás..”