Por: María Josefina Arce
Hace casi 70 años fue adoptada por la ONU la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la que se proclama que cada persona, sin distinción, debe tener acceso a prerrogativas de carácter civil, político, social, económico y cultural.
Sin embargo, son pocas las naciones que pueden exhibir con orgullo sustanciales avances en ese sentido, Cuba es una de ellas pues la garantía y protección de los derechos humanos está en la esencia misma de la revolución liderada por Fidel Castro.
Muchos han querido desvirtuar y omitir los logros de la Mayor de las Antillas, pero tener acceso gratuito y universal a la salud y la educación, entre otros, es un hecho que muy pocos países, incluso los industrializados, pueden afirmar que les son garantizados plenamente a sus ciudadanos.
Los avances de la Mayor de las Antillas han sido reconocidos por organismos internacionales como la ONU y la Organización Mundial de la Salud, así como por expertos de todo el mundo. Ese es el caso del doctor David P. Kalin, presidente de la Junta Internacional de Medicina y Cirugía, quien elogió los notables resultados de la Salud Pública en Cuba.
Y es que la revolución no ha escatimado esfuerzos, ni recursos para que cada cubano reciba una atención médica de calidad. Ni más de medio siglo de bloqueo norteamericano han impedido que cada año el país desarrolle campañas de vacunación.
En Cuba no hay sarampión, rubeola, ni difteria, esas son enfermedades eliminadas en el territorio nacional, a las que se suman otras que no constituyen un problema de salud.
Y eso es posible al sistema universal y gratuito de salud con que cuenta, pero también a la visión de futuro de Fidel Castro que incentivó el desarrollo de la ciencia cubana, protagonista hoy de grandes avances en el tratamiento de diversos males.
De hecho el archipiélago ha marcado pautas en investigaciones y avances médicos como los estudios sobre la vacuna contra el cáncer de próstata, el desarrollo de la vacuna contra el cáncer de pulmón, la cura al vitiligo y la eliminación de la transmisión materno-infantil de VIH-SIDA y sífilis congénita.
Medicamentos producidos por la Mayor de las Antillas benefician en la actualidad no solo a los cubanos, sino a pacientes de todo el mundo. Así tenemos el HEBERPROT-P reconocido a nivel internacional por su eficacia en el tratamiento de la úlcera del pie diabético y que se emplea en varias naciones.
En cuanto a la educación el país caribeño presenta uno de los mejores índices de América Latina. La UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, ha destacado que en el área Cuba es la nación que más ha invertido en formar a los maestros y la que ha sumado mayores logros en el área de la enseñanza.
La UNESCO afirmó que Cuba tiene una posición reconocida a nivel mundial con altos índices de implementación de los objetivos de la Educación para todos, que comprenden la atención y educación de la primera infancia, la enseñanza primaria universal, la paridad e igualdad de género y la calidad de la educación, entre otros.
La nación caribeña clasifica asimismo, entre los países con Desarrollo Humano Alto, índice compuesto por la esperanza de vida y los indicadores de renta y educación.
Igualmente en nuestro país están garantizados el derecho a la alimentación, al trabajo y al descanso remunerado, a la participación, la seguridad y asistencia social, la educación física, el deporte y la recreación sana.
En Cuba que no queden dudas, toda la obra de la Revolución está impregnada del profundo humanismo y preocupación por cada cubano, que constituyó siempre el centro de atención de Fidel Castro, para quien el bienestar del pueblo siempre fue lo primero.