por María Josefina Arce
Ecuador tiene puesta su mirada en el 2017, cuando el tres de enero arranque la campaña para las elecciones generales del 19 de febrero, en las que ocho candidatos de los principales partidos del país andino aspiran a ocupar la presidencia.
De acuerdo con las últimas encuestas, la fórmula Lenin Moreno-Jorge Glas, del gubernamental Movimiento Alianza País, marcha al frente en la intención de voto, seguido por los aspirantes del Movimiento CREO, Guillermo Lasso y Andrés Pérez.
En los últimos días el Consejo Nacional Electoral afirmó que se encuentra listo para garantizar la transparencia y seguridad en los comicios generales, en los que los ecuatorianos tendrán la oportunidad de pronunciarse por la continuación o no de la Revolución Ciudadana puesta en marcha por el actual presidente Rafael Correa en sus diez años de gobierno.
Este modelo de gobierno puso fin a la inestabilidad política de ese país, así como a las medidas neoliberales y a la injerencia extranjera. Recordemos que la inestabilidad de los gobiernos de derecha provocó la salida de tres presidentes en apenas diez años, destituidos en medio de revueltas populares por la grave situación económica y social.
El Movimiento Alianza País por demás, ha llevado a cabo profundas transformaciones que han beneficiado a los sectores más pobres. En 2007, el porcentaje de personas pobres por ingreso era de 36,7%, cifra que ha descendido hasta llegar al 23,3% en 2015, lo que indica que más de un millón de ecuatorianos superaron la pobreza.
En el caso de la pobreza extrema, Ecuador registra un descenso de ocho puntos porcentuales desde el 2007, ubicándose, en 2015 en 8,5%. La realidad es que Ecuador es hoy uno de los países que más redujo la desigualdad en América Latina en los últimos años.
El gobierno ha prestado una especial atención a la esfera de la educación. Es así que se han invertido más de mil millones de dólares para nuevas universidades como la Universidad de las Artes, la Universidad Regional Amazónica y la Universidad Nacional de Educación.
Ha incentivado además el otorgamiento de becas para los mejores centros de altos estudios del mundo. En el período de 2007 al 2015 se beneficiaron con este plan 14 276 estudiantes, en contraste con apenas los 237 estudiantes que lograron una beca desde 1995 a 2006.
Las cifras de desempleo son motivo de orgullo para el gobierno ecuatoriano tras poseer la tasa más baja de Sudamérica con 4,3% el pasado año, al tiempo que el salario básico, que antes de la Revolución Ciudadana era de 160 dólares, ahora es de 366 dólares y cubre el 100% de la canasta básica.
Salud y educación tienen garantizados los ecuatorianos que, además, viven hoy en una nación soberana, sin presencia militar foránea. La nueva constitución, aprobada durante el mandato de Correa, prohíbe la instalación de enclaves militares en su territorio.
Muchos son los logros de estos diez años de mandato del Movimiento Alianza País que, sin dudas, pesarán a la hora de emitir el voto en las elecciones generales de febrero venidero, aunque no podemos perder de vista la ofensiva que la derecha latinoamericana lleva a cabo contra los gobiernos progresistas, empeñada en volver a un pasado neoliberal, y que puede reflejarse en el proceso electoral.
