por Guillermo Alvarado
La economía de Argentina sufrió un descenso en los primeros 10 meses de este año del 2,6% en comparación con el mismo período de 2015, de acuerdo con informaciones oficiales, en tanto crece el malestar social hacia las políticas seguidas por el gobierno que preside Mauricio Macri.
Alfonso Prat-Gay, quien finaliza esta semana su labor como ministro de Hacienda y Finanzas y será sustituido por Nicolás Dujovne en la cartera de Hacienda y Luis Caputo en la de Finanzas, reconoció que la caída del Producto Interno Bruto fue superior a lo estimado al principio del período, si bien dijo que podría haber un mejor desempeño en 2017.
La recesión en Argentina es una consecuencia directa de la devaluación sufrida por la moneda en las primeras semanas de la administración de Macri, quien eliminó el control de cambios, y la consiguiente elevación de los precios.
El país sudamericano sufre en estos momentos una inflación de 45% y cerrará el año con el despido de más de 200 000 trabajadores, tanto del sector público como del privado, lo que está generando un fuerte descontento en la sociedad, que es escéptica ante los anuncios de una mejoría de la situación en el año venidero.
Para los próximos días se anunció que por lo menos 400 empleados de la educación serán cesados, en lo que se vaticina será una nueva oleada de pérdida de puestos laborales que provocó la declaración de alerta en la Asociación de Trabajadores del Estado.
Para colmo, en 2017 habrá nuevas alzas en las tarifas de varios servicios públicos, como la electricidad, que subirá entre 36 y 70%, el agua, con incrementos del 56%y el gas, con el 33.
También se autorizó a las empresas de medicina privada un aumento del valor de sus servicios del seis por ciento a partir del primero de febrero.
Todo ello incidirá en una reducción en el consumo de la canasta básica familiar, que ya este año tuvo una caída estimada en el 7,5%, ante la imposibilidad de los hogares de soportar el alza del costo de la vida, de manera particular en el renglón de los alimentos, cuya cantidad y calidad debió reducirse.
Macri ha aplicado un modelo neoliberal, diametralmente opuesto al de sus predecesores que privilegiaron el pleno empleo en condiciones dignas y regulaban desde el Estado los desequilibrios de la economía para garantizar el bienestar social.
Varios especialistas hablan ya de que este fue un año perdido para Argentina y el propio presidente ha tenido ocasión de comprobar el disgusto de la población hacia sus políticas.
La víspera un grupo de personas lanzó piedras contra el vehículo en que se desplazaba el gobernante en una localidad turística en el sur del país, donde inauguró un centro de recreación.
No es la primera vez que ocurre un incidente de este tipo, lo que pone en evidencia la exasperación de la sociedad hacia un gobierno que prometió un cambio, y lo está haciendo precisamente para empeorar.