La Revolución cubana arriba hoy a un nuevo aniversario, por primera vez sin la presencia física de su líder histórico, Fidel Castro, pero con el consenso popular mayoritario de continuar su legado e impulsar el socialismo.
Con la consigna Yo soy Fidel, millones de personas acompañaron recientemente el cortejo fúnebre que llevó las cenizas del paradigmático revolucionario desde La Habana hasta el cementerio Santa Ifigenia de la oriental Santiago de Cuba, donde reposan en un sencillo sepulcro.
Durante nueve días los cubanos expresaron su duelo y suscribieron el juramento de continuar consolidando, en el ideario nacional y en la práctica, el concepto de Revolución expuesto por Fidel Castro en el año 2000, que constituye el pilar deontológico para construir un socialismo autóctono, autónomo y solidario.
Este nuevo aniversario llega con interrogantes derivadas de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la incidencia que este hecho podría tener en el futuro del proceso hacia la normalización de relaciones iniciado por Cuba y Estados Unidos.
Ante tal desafío, la isla persiste en la disposición de avanzar en un diálogo con esa potencia sobre la base del respeto recíproco y la observancia de los principios del Derecho Internacional y de la Carta de Naciones Unidas.
Mantiene, asimismo, la exigencia del levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero que le impone ese país norteño desde hace más de medio siglo, y la devolución del territorio de Guantánamo, ilegalmente ocupado, entre otras demandas de carácter soberano.
Tampoco renuncia a su política exterior solidaria con movimientos populares y procesos progresistas, fundamentalmente en la región latinoamericana, amenazados por la arremetida de la derecha, ni a su apoyo a la paz y al multilateralismo.
A lo interno, la isla adopta medidas para dinamizar su economía y edificar un socialismo próspero y sostenible, e implementa mecanismos de gestión y control adecuados a su realidad mientras promueve la inversión directa de capital externo y la producción nacional con el uso eficiente de los recursos disponibles.
Paralelamente fortalece la unidad nacional, baluarte que le ha permitido resistir durante seis décadas a factores económicos adversos y la hostilidad de una decena de administraciones estadounidenses.
La respuesta a la interrogante de qué pasará en Cuba después de la muerte de Fidel, pudiera resumirse en la frase expresada por el presidente Raúl Castro ante al Parlamento el pasado 27 de diciembre:
'Fidel se marchó invicto, pero su espíritu de lucha permanecerá en la conciencia de todos los revolucionarios cubanos, de hoy, de mañana y de siempre.'
Este 2 de enero en la capitalina Plaza de la Revolución José Martí se efectuará una parada militar y marcha popular que celebrará el aniversario 60 del desembarco del yate Granma en costas cubanas, el 2 de diciembre de 1956, con el núcleo del Ejército Rebelde que inició la lucha armada comandada por Fidel Castro.
Será una oportunidad para reafirmar la voluntad mayoritaria de la población de la isla y de sus Fuerzas Armadas de defender la senda de desarrollo independiente trazada por Fidel Castro hace 58 años, y destacar el rol de la juventud cubana en ese empeño.
(PL)