por Nicanor León Cotayo
Con su frágil techo de cristal, la legisladora republicana de Miami enfila ahora sus cañones hacia el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
Y no por casualidad, es que se trata de una relevante figura progresista de América Latina.
¿Qué pretexto fabricó ahora? El supuesto caso de corrupción de la firma brasileña Odebrecht y sus actividades en Quito.
Para redondear su jugada, Ileana envió una carta a la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, donde pide revelar nombres de funcionarios ecuatorianos mezclados en el asunto.
Según versiones que ella hace suyas, tales funcionarios recibieron beneficios personales otorgados por la Odebrecht entre los años 2007 y 2016.
De acuerdo a esas mismas fuentes, el dinero entregado ronda los 34 millones de dólares.
¿A cambio?, puntualizan, de contratos, que Ileana solicita esclarecer junto al nombre de sus autores.
En una parte de su carta a la fiscal Lynch ella escribe:
Le solicito revelar los nombres de funcionarios públicos involucrados en corrupción junto a ejecutivos de Odebrecht y otras personas.
Según Ros-Lehtinen, Ecuador no brinda garantías jurídicas para identificar a los responsables.
Con tal razonamiento exige que sea Washington, y no Quito, el que asuma la tarea.
Entonces Ileana con su habitual lenguaje grotesco lanzó esta desfachatada amenaza:
“Si no revelan los nombres, como estableció el Departamento de Estado, violarían derechos humanos por interferencia política”.
Curioso el enorme interés de la señora Lehtinen respecto a lo sucedido en Ecuador con la Odebrecht.
Vale anotarlo porque, tanto ella como sus aliados en Washington, guardaron un hermético silencio frente al gigantesco escándalo de la empresa estadounidense Exxon (antigua Texaco).
Sucedió en agosto de 2013, momento en que la después llamada Chevron provocó en esa nación suramericana un desastre natural peor que el de British Petroleum y Exxon.
Durante un encuentro del Colegio de Periodistas de Chile con el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, este último afirmó que su daño en la Amazonas superó al impuesto en el Golfo de Méjico (2010 y Alaska 1989).
También denunció que esa corporación petrolera se ha transformado en una gran corruptora de jueces para que atenten contra la soberanía del país.
Y en medio de todo ese espectáculo, monstruosos crímenes ejecutados por empresas estadounidenses contra el medio ambiente ecuatoriano.
¿Dirá algo Ileana al respecto? Muy difícil.