por Roberto Morejón
América Latina y el Caribe llamaron a preservar la unidad e integración y destacaron como una vía muy útil para lograrlo a la CELAC, cuya quinta cumbre se desarrolló en República Dominicana.
Si bien varios dignatarios abogaron por una gestión más efectiva de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, subrayaron la importancia del bloque ante los nuevos desafíos políticos de la región.
El presidente cubano, Raúl Castro, se refirió a la necesidad de trabajar unidos, como reclama este tiempo.
El Primer Mandatario deseó que el nuevo gobierno de Estados Unidos opte por el respeto a la región, aunque es preocupante ---dijo-- que declarara intenciones que ponen en riesgo los intereses locales en las esferas del comercio, el empleo, la migración y el medio ambiente, entre otras.
Otros presidentes y primeros ministros así como cancilleres también se hicieron eco de la incertidumbre reinante a nivel global ante la tendencia de Donald Trump hacia el proteccionismo y la amenaza de expulsar inmigrantes ilegales y aumentar las restricciones en las fronteras.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, llamó a sus homólogos a asumir una clara posición en defensa de los migrantes, no solo de América Latina sino del mundo entero.
Por esa línea de pensamiento los países miembros de la CELAC se comprometieron a defender los derechos de las comunidades migrantes.
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, aseguró que al asumir la presidencia pro tempore de la CELAC impulsará acciones para enfrentar los cambios a escala global y en particular ante el relevo en la administración de Estados Unidos.
La cumbre también brindó un apoyo resuelto a Cuba, al insistir en la necesidad de poner fin al bloqueo económico de Estados Unidos contra ese país, y a Venezuela, al exigir la derogatoria del decreto de Washington que presenta a la nación sudamericana como una supuesta amenaza.
En la localidad dominicana de Bávaro también fueron abordados otros asuntos fundamentales como la seguridad alimentaria, el desarrollo y las drogas.
Sin dudas, constituye un acontecimiento singular mantener la convocatoria de estas cumbres y reafirmar la utilidad de la CELAC como espacio de paz y para discutir asuntos clave de la región aun en medio de la diversidad de ópticas.
El bloque persiste en sus empeños integracionistas, si bien fuerzas de derecha llaman a opacarlo porque están interesadas en el neoliberalismo y los tratados de libre comercio que fomentan la división.
Cuando el proteccionismo a ultranza y los mensajes racistas, xenófobos y contra la preservación del entorno llegan desde la principal potencia económica y militar del mundo, reviste importancia mantener espacios de confluencia como la CELAC.