por María Josefina Arce
En reiteradas ocasiones Cuba ha manifestado su disposición de seguir avanzando en el largo y complejo camino para la normalización de las relaciones con Estados Unidos, siempre sobre la base de la igualdad, la reciprocidad y el respeto a la soberanía y la independencia.
Ahora con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump como el presidente 45 del vecino país, Cuba ratificó su postura de proseguir el diálogo respetuoso con el nuevo gobierno norteamericano.
En su discurso en la V Cumbre de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en República Dominicana, expresó Raúl Castro, el jefe de estado cubano, la voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con Estados Unidos.
Entre esos aspectos no olvidemos se encuentra el unilateral y genocida bloqueo económico, comercial y financiero, que a lo largo de más de medio siglo ha provocado dolor y sufrimiento a las familias cubanas y que impide el desarrollo pleno de la Mayor de las Antillas.
También está el genuino reclamo de Cuba de que le sea devuelto el territorio que en el oriente del país ocupa ilegalmente Estados Unidos, en contra de la voluntad del gobierno y pueblo cubanos.
Las dos naciones pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos pueblos. De hecho ya se ha avanzado en el diálogo y la cooperación en temas de interés común, materializada en la firma de una docena de acuerdos que reportan beneficios recíprocos.
Asimismo en los últimos días de la presidencia de Barack Obama se suscribieron importantes convenios sobre temas migratorios y de enfrentamiento al terrorismo, que suponen un avance para la normalización plena de las relaciones entre La Habana y Washington.
Pero siempre debe quedar bien claro que Cuba no realizará ningún tipo de concesión inherente a su soberanía e independencia, como no lo ha hecho a lo largo de más de cinco décadas de todo tipo de agresiones de las diversas administraciones norteamericanas.
En ese sentido puntualizó Raúl Castro que su país seguirá defendiendo su modelo económico y social y luchando por ser un estado independiente, socialista, democrático, próspero y sostenible.
La política de aislamiento que impuso Estados Unidos a Cuba, las acciones agresivas, incluso el dar refugio y alentar a grupos de extrema derecha de origen cubano para fraguar actos terroristas contra la Mayor de las Antillas, y el genocida bloqueo no pudieron a lo largo de más de medio siglo doblegar la resistencia y la dignidad de los cubanos, que también han contado con una intensa solidaridad internacional.
De hecho Cuba se ha convertido para muchos en un ejemplo a seguir en numerosos aspectos como en la salud, la educación y la protección de sus ciudadanos, logros que han sido reconocidos por gobiernos, personalidades y organismos internacionales como la ONU.
Ahora ante un nuevo gobierno norteamericano Cuba vuelve a dejar clara su disposición de continuar adelante con el proceso de acercamiento que tiene lugar entre La Habana y Washington, iniciado hace dos años bajo el mandato de Barack Obama, pero como bien enfatizó en aquella ocasión, sin ceder en sus principios y convicciones.