Por Roberto Morejón
Un nuevo proceso de rendición de cuenta de los delegados del Poder Popular a sus electores finalizó recientemente en Cuba como parte de un sistema de gobierno que potencia el intercambio entre el pueblo y sus representantes.
Las reuniones de los vecinos con su delegado, quien forma parte de la asamblea municipal del Poder Popular, sirvieron nuevamente para escuchar y debatir sobre la problemática e inquietudes de los habitantes de cada comarca.
Se trata de uno de los componentes típicos de la democracia en Cuba, la exposición del delegado ante quienes votaron por él acerca de la tramitación de asuntos planteados en oportunidades anteriores.
En estos encuentros cara a cara celebrados entre noviembre y diciembre de 2016, se pusieron sobre el tapete las dificultades más candentes de las comunidades y se explicó sobre la solución de algunas de las demandas.
En los casos en los que fue imposible resolver los planteamientos anteriores, los delegados debieron manifestar con claridad las razones que, con frecuencia, tienen relación con las limitaciones materiales del país.
Por esa razón, el nivel de soluciones en las circunscripciones fue inferior al anterior proceso de rendición de cuenta.
Desafortunadamente, algunos delegados NO detallan las motivaciones y provocan malestar entre los vecinos porque aducen la reiteración de planteamientos sobre un mismo problema, sin obtener respuestas convincentes.
El proceso de rendición de cuenta puso de relieve que los desasosiegos más reiterados en los barrios se vinculan a la reparación de calles, inestabilidad en la recogida de desechos y la insuficiencia del alumbrado y del transporte públicos.
Aunque se trabaja en esos frentes, para el país resulta imposible responder a todas las demandas, la mayoría bien precisas y obejtivas.
Cuba concluyó 2016 con un decrecimiento económico de 0,9 por ciento.
Entre las causas de ese desempeño sobresalen las limitaciones en los suministros de combustibles, dificultades de algunos socios comerciales y tensiones financieras agudizadas en el último tramo del año, aunque los rigores NO provocaron terapias de choque.
El Estado NO tiene los recursos para atender todos los requerimientos expuestos a los delegados del Poder Popular.
Sin embargo, en manos de todos sí está enfrentar situaciones como las indisciplinas sociales, entre ellas la alteración del orden público con ruidos y comportamientos reprochables de vecinos.
Igualmente, el Poder Popular es una vía idónea con vistas a sumar y adiestrar más a los jóvenes para el debate y la participación en las tareas de la comunidad que contribuirán en lo posible a elevar el bienestar colectivo.