por Roberto Morejón
Al considerar entre las ramas priorizadas para la inversión extranjera la relacionada con la energía, Cuba reafirma la opción por alcanzar su independencia en la materia, sobre la base del uso de los combustibles fósiles y las fuentes renovables.
En una reunión efectuada recientemente en La Habana con la presencia de enviados de 15 países, los especialistas cubanos ratificaron las potencialidades en la industria de los hidrocarburos.
Representantes de CUPET, Cubapetróleo, explicaron las potencialidades de inversión abiertas para proyectos de exploración y producción del llamado oro negro y en el mercado petroquímico y de refinación.
Si bien localmente se entregan cerca de cuatro millones de toneladas de petróleo equivalente anualmente, casi la totalidad se destina a la generación eléctrica, de ahí la necesidad de importar para cubrir otros usos.
Para reducir esas erogaciones se abre un campo extenso de cooperación, pues si bien CUPET firmó 42 contratos con compañías foráneas, existen más posibilidades.
Son ellas para la producción de petróleo en aguas someras o cercanas, la extracción de crudo convencional, el desarrollo de la infraestructura, servicios técnicos y suministros.
Cuba aporta a la asociación con compañías foráneas un capital humano de elevada calificación, seriedad y extensiones amplias por explorar, tanto en aguas próximas como en la Zona Exclusiva del Golfo de México.
En esa demarcación marítima, Cuba y la empresa china BGP ejecutan una campaña sísmica de alta resolución de unos 25 000 kilómetros.
El estudio también abarcará las zonas norte y centro oriental, así como el sur de Cuba.
En tierra, los expertos concluyeron un estudio referente a la zona Habana-Matanzas para determinar las estructuras perspectivas y se impone ahora la exploración y perforación con los recursos nativos, sin excluir la inversión extranjera.
Es cierto que el bloqueo estadounidense frena los planes por falta de equipamiento solo utilizable con licencias del país norteño, pero los estudios geológicos aconsejan proseguir la prospección, sobre todo porque Cuba tiene similitudes con sus vecinos.
Paralelamente, Cuba estimula las fuentes renovables de energía, en especial la eólica, solar y la proveniente de la biomasa cañera y de otra procedencia.
En ese tipo de fuentes están concentrados los principales esfuerzos para el cambio de la matriz energética en el 2030, hasta alcanzar más del 24 % de su uso en general.
Igualmente se insiste en la utilización del gas acompañante del petróleo, con más disponibilidad y probadas bondades medioambientales.
Como se apreció en la reciente reunión en La Habana, el sector petrolero cubano se mantiene emprendedor y genera interés en cuanto a posibles inversiones y desarrollo.