por Guillermo Alvarado
Mientras el conteo de los sufragios avanza en Ecuador, cuando falta cerca del diez por ciento de actas por escrutar el candidato a la presidencia por el movimiento Alianza País, Lenin Moreno, está a la cabeza con 39,11 por ciento de los votos a su favor, seguido por el opositor de derecha, Guillermo Lasso, quien alcanza el 28,28 puntos porcentuales.
Como se puede apreciar, la primera de la dos condiciones para ganar el acceso al Palacio de Carondelet, es decir tener una diferencia de diez por ciento sobre el segundo, lugar ya se alcanzó y falta por ver si en lo que resta del conteo Moreno consigue las décimas de punto que le faltan para lograr la segunda meta, que es el 40 por ciento del total de sufragios válidos.
En el ínterin y con la tensión que la espera supone para los ecuatorianos y los habitantes de nuestra región, conscientes de lo que se juega en este evento, ya hay varios elementos que conviene destacar.
En primer lugar que Moreno y Alianza País son los claros vencedores en esta primera vuelta, independientemente de si hay o no necesidad de acudir al repechaje.
Otro punto es que las votaciones fueron organizadas y realizadas con total apego a la legalidad y se logró movilizar a la inmensa mayoría de los ciudadanos, lo que se refleja en un índice de asistencia del 82,16 por ciento, una cifra poco común en nuestra región e incluso superior a la de muchos países llamados desarrollados.
En Estados Unidos, que se jacta de ser ejemplo de democracia para todo el mundo, el 8 de noviembre de 2016 sólo acudieron a los colegios electorales el 55,4 por ciento de los ciudadanos inscritos en el padrón.
Por otra parte, excepto algunas agresiones perpetradas en el interior de Ecuador por grupos derechistas, la calma reinó durante las votaciones, como lo reconoció la misión de observadores de la Unión de Naciones Sudamericanas, Unasur.
En un comunicado la Unasur afirmó que: "celebra el clima de paz y de profundas garantías que ha caracterizado el proceso comicial ecuatoriano, expresión de la vibrante democracia que reina en dicho país".
Por supuesto que no faltan las tergiversaciones en los grandes medios de comunicación nacionales e internacionales que insisten en confundir a la opinión pública local y foránea acerca del significado de este evento.
El derechista diario español El País dice, por ejemplo, que “El escrutinio, mucho más lento de lo previsto, ya ha comenzado a alentar las acusaciones de fraude en las redes sociales”. Típico de este tipo de publicaciones que olvidan decir que con poco más de doce horas del cierre de las urnas ya hay el 90 por ciento de actas contabilizadas, sin ninguna prueba de alteración o ilegalidad.
Se ha vuelto habitual en la derecha afirmar que si ellos no ganan, fue porque hubo fraude, y es que quizás han escuchado mucho aquella canción tradicional mexicana que dice que: “Jalisco nunca pierde, y cuando pierde arrebata”. A eso le llaman ellos política de altura.