por Roberto Morejón
Si bien el presidente estadounidense, Donald Trump, bajó el tono agresivo hacia México, persisten la orden de construcción de un muro limítrofe y para deportar inmigrantes así como otras medidas, de ahí que la economía del país latinoamericano debe resentirse.
Dada la dependencia económica de México de su vecino del Norte, los analistas pronostican el aumento de las dificultades de una macroeconomía considerada entre las 20 más pujantes del orbe, aunque con serios problemas sociales.
México tiene casi la mitad de la población en la pobreza y el poder adquisitivo familiar se contrae, tendencia agravada con el alza de las tarifas de la gasolina y de otros renglones.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, conocido por sus siglas CONEVAL, presentó informes sombríos.
La pobreza se incrementó entre 2012 y 2014 de 45,5% a 46,2% hasta llegar a más de 55 millones de habitantes.
Si bien las personas en pobreza extrema son menos, la disminución es irrisoria pues pasó de 11,5 millones a 11,4 millones en el bienio 2012-2014.
Otras fuentes complementan los deplorables indicadores anteriores al afirmar que México es uno de los países latinoamericanos con el salario mínimo más bajo, mientras que el desempleo en la economía informal llegó a 57%.
También sobresale la concentración de la riqueza en pocas manos en tanto se dispara la proporción de personas con entradas insuficientes para adquirir la canasta alimentaria.
Comentaristas de prensa adujeron que los castigados ingresos de los sectores populares representan una parte intrascendente del quehacer económico.
Mientras, los ingresos de los mejor pagados dependen no tanto de la calificación, sino de su cercanía a la élite político-empresarial.
Entre las malas noticias destaca la zozobra aparejada al proteccionismo de Trump con el cierre de empresas en México para abrirlas en Estados Unidos.
Con una moneda depreciada frente al dólar y las políticas del nuevo inquilino de la Casa Blanca, el Fondo Monetario Internacional rectificó a la baja los pronósticos de crecimiento económico de México de 2,3% a 1,7% para 2017.
Académicos y opositores políticos destacan la urgencia de México de aumentar los empleos formales, el gasto social efectivo, la calidad de la educación y el estado de derecho.
Alertan esas fuentes sobre los niveles de violencia de los narcotraficantes y las fuerzas encargadas de neutralizarlos, suficiente para obstaculizar los negocios.
Es cierto que el neoliberalismo se entronizó en México, pero a la par las añejas desigualdades se convirtieron en una fractura social muy peligrosa en tiempos tan convulsos como los presentes.