por María Josefina Arce
La Habana es hoy un hervidero de jóvenes comprometidos con su tiempo y con los mártires que lucharon y cayeron porque el pueblo cubano fuera libre. Los estudiantes universitarios se dieron cita en el recinto de altos estudios y tomaron las calles para rendir tributo a José Antonio Echeverría y a los que junto él escribieron el 13 de marzo de 1957 una página de verdadero heroísmo y entrega.
“Pueblo de Cuba...” con esas palabras iniciaría hace 60 años el entonces presidente de la FEU, Federación Estudiantil Universitaria, José Antonio Echeverría, su alocución al ocupar la emisora Radio Reloj. Sus palabras aún resuenan en la memoria de todos los cubanos, de aquellos que tuvieron el privilegio de escuchar en vivo su voz y de los más jóvenes, conocedores de la historia de su país.
La acción estaba encaminada a dar a conocer el ajusticiamiento del dictador Fulgencio Batista por otro grupo de jóvenes revolucionarios que asaltó el Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, para poner fin a una de las dictaduras más sangrientas y de entero entreguismo al gobierno norteamericano de turno.
Esos hechos tuvieron como antecedentes la firma de la Carta de México, en agosto de 1956, por el líder del Movimiento 26 de Julio, Fidel Castro, y José Antonio Echeverría, y el desembarco de los expedicionarios del yate Granma, el 2 de diciembre del propio año.
La acción del 13 de marzo no fue exitosa desde el punto de vista militar, Echeverría fue abatido en un intercambio de disparos con la policía cuando tras salir de la emisora radial se dirigía a la Universidad para marchar en apoyo al grupo de Palacio, que no encontró en su despacho al tirano y se vio repelido por las fuerzas batistianas, superiores en número y armamento.
Sin embargo, conmovió los cimientos de la sociedad cubana, pues aquella valerosa y temeraria operación en pleno centro del poder de la dictadura confirmaba la decisión de gran parte de los jóvenes de llevar hasta el fin la lucha por la independencia, al costo que fuera necesario.
Para muchos que estuvieron presentes en aquella memorable jornada, de no haber sido Echeverría abatido por la policía el resultado habría sido distinto. Su presencia en Palacio habría cambiado la situación. Su prestigio revolucionario habría convocado a todas las fuerzas dispersas por los alrededores, afirma Julio García Olivera, segundo al mando de la Jefatura de Acción del Directorio Revolucionario y fundador de esa organización.
Hoy los estudiantes universitarios, en el año del nonagésimo quinto aniversario de la FEU no pueden dejar de rendir tributo a quienes hace sesenta años dieron una lección de amor a su Patria y a quien fuera un líder indiscutible de los jóvenes de aquella época.
José Antonio Echeverría está todavía hoy presente en los predios de la Universidad de La Habana. Su sonrisa, que mantuvo hasta instantes antes de morir, su valentía, su contagiosa alegría, pero también su seriedad, responsabilidad y total cubanía dejaron una huella imborrable que llega hasta nuestros días.
En cada acción que emprenden los jóvenes, en su diario estudio, en la defensa de la Patria y en su participación en diversas esferas de la vida socioeconómica del país están vivos los protagonistas de las heroicas acciones del 13 de marzo de 1957.