por Roberto Morejón
La colaboración de Cuba con Haití continuará con el nuevo gobierno, encabezado por el presidente Jovenel Moise.
Cuba siempre le prestó atención especial a la situación en Haití, ante las difíciles condiciones económicas y sociales del país más pobre del Hemisferio Occidental.
De acuerdo con el PMA, Programa Mundial de Alimentos, cerca de 2.5 millones de habitantes, la cuarta parte del total, viven en pobreza extrema.
La desigualdad es abismal, pues 10% de los haitianos accede al 70% de los ingresos del país.
La mitad de la población urbana carece de empleo y solo 50% de los hogares tiene acceso al agua potable.
En los campos de ese país se observan las consecuencias del cambio climático, con el aumento de la erosión y tierras estériles, en permanente amenaza a medio millón de personas.
Según el organismo especializado de la ONU, la mitad de los alimentos que consume el país caribeño debe adquirirse en el exterior y las compras de arroz representan 80% de su consumo.
Como en otras naciones pobres, la infancia es el sector más afectado, al punto de que un tercio de los niños y las mujeres haitianos padecen de anemia.
Para agravar ese panorama, los terremotos son recurrentes, como el del 12 de enero de 2010, con afectaciones a tres millones de personas y 250 000 muertos.
A los sismos se agregan los daños de los huracanes, pues entre 1980 y 2012 Haití fue castigado por seis de ellos de gran intensidad.
Matthew fue el último, en octubre pasado, y causó al menos 546 muertos y perjuicios por 2 800 millones de dólares.
Para atender a los damnificados, Cuba envió 900 toneladas de alimentos, agua y otros productos y viajó a Haití una brigada del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve.
Los 38 médicos, enfermeros y técnicos atendieron a más de 100 000 pacientes sobre todo de infecciones respiratorias, parasitismo intestinal y desnutrición.
Al concluir sus labores, permanecieron allí más de 600 colaboradores de la salud que brindan atención permanente a la población y se sumaron al socorro durante el cruce del devastador huracán.
Debe destacarse que Cuba colabora con ese pueblo en el campo de la salud desde 1998, después de las inundaciones por los huracanes George y Mitch.
Al personal de salud se suman hoy expertos cubanos en otras esferas, como deportes, agricultura y pesca.
Actualmente laboran en total en Haití cerca de 700 colaboradores de la mayor de las Antillas.
Como expresara el canciller cubano, Bruno Rodríguez, con Haití tiene el mundo una deuda histórica que debemos honrar mancomunadamente.
A pesar de sus limitados recursos, Cuba brinda una modesta contribución.