por Nicanor León Cotayo
Sin ocultarse allí rinden homenaje a integrantes del Congreso de Washington aliados a la ultraderecha venezolana. Así lo reveló esta semana en el Nuevo Herald un artículo que firma el periodista y escritor Alexis Ortiz bajo el titulo: “Valientes”.
Según escribe, lo hace porque es justo intentar ese homenaje a quienes dan la cara.
Luego relaciona nombres que considera símbolos y parte inseparable de esa facción política venezolana.
Para sorpresa de algunos comienza su lista con el nombre del actual secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro.
Se atreve a caracterizarlo como “este caballero socialista” que ha resultado valioso.
¿Para quién? Muchos en América Latina ya lo crucificaron como un fiel empleado de la diplomacia estadounidense.
Pero Alexis le adjudica otro supuesto mérito, no haberse intimidado ante la lluvia de críticas que ha recibido por su mezquina entrega a Washington.
Tampoco se intimida, de acuerdo al señor Ortiz, ante la “maliciosa astucia de aliados del castrochavismo”, como Rodríguez Zapatero-Leonel Fernández-Martín Torrijos.
Pero al mediocre periodista del Herald no le bastaron sus groserías y añadió, como también hicieron escurridizos embajadores de la OEA frente al debate sobre Caracas.
O sea, que llega a referirse en términos despreciativos sobre importantes personalidades de la arena internacional, como son Zapatero, Fernández y Torrijos.
Prestigioso trío que ha venido consolidando una imagen positiva en la difícil búsqueda de soluciones pacíficas en la región.
Después el señor Ortiz abordó el caso de la legisladora Ileana Ros-Lehtinen.
Esta mujer recia y lúcida, -dijo- ha demostrado que tiene la guayabera bien puesta.
A la hija de mi inolvidable amigo Enrique Ros no se le agua el ojo cuando se trata de resguardar el interés de sus electores, subrayó.
Luego prosiguió diciendo, los latinoamericanos que sufrimos “el agobio del Socialismo del Siglo XXI, “teledirigido desde La Habana”, tenemos rotundos motivos de agradecimiento con líderes cubanos como Ileana, los hermanos Díaz Balart, Carlos Curbelo, Bob Menéndez y Héctor Caraballo.
He ahí la santa alianza que a cara descubierta han establecido lo peor de la comunidad cubana asentada en Miami y sus socios de la ultraderecha de origen venezolano también radicada allí.
¿Mensaje? El ganado salvaje anda suelto y sin vacunar.
(CubaSí)