Por Luz Marina Fornieles
Algo que a todas luces parece inexplicable, pero ha sucedido.Las dos ferias de turismo más importantes de Cuba y República Dominicana han coincidido en fecha, y en honor a la verdad la de la Isla siempre ha sido a principios de mayo.
Lo cierto es que son dos destinos competitivos y vecinos, con sus bolsas comerciales en marcha y objetivos y desafíos comunes. El sector del ocio vive momentos históricos para ambos.
Este miércoles en la mañana arrancó en el hotel Playa Pesquero, en el balneario homónimo de una localidad costera del oriental territorio de Holguín, la XXXVll Feria Internacional de Turismo de Cuba (FitCuba 2017), con el anuncio por su ministro, Manuel Marrero, del arribo del visitante número dos millones, con 39 días de antelación al ejercicio precedente.
En la noche de la víspera también empezó la cita dominicana- DATE 2017-, en el Centro de Convenciones del Barceló Bávaro, organizada por la Asociación de Hoteles y Turismo de la adyacente nación (ASONAHORES), cuyo presidente, Joel Santos, afirmó que son un destino maduro y “si nosotros hacemos bien nuestra tarea el país seguirá creciendo”.
“Nosotros competimos con las grandes ligas”, indicó esta propia fuente a la prensa, en una reiterada afirmación, que puede llevar mucho de razón, pero tal parece que menosprecia a los demás. Que sepamos, la Mayor de las Antillas no se ha pronunciado al respecto. Tampoco es necesario.
En realidad, FitCuba 2017 transcurre con mucho éxito: ya se lanzó el poblado de Gibara como destino, transcurren las conversaciones y firma de contratos, y los participantes asisten a su programa y a la vez han disfrutado del de las Romerías de Mayo. Holguín, como cuarto polo en importancia de la ínsula, se está mostrando en toda su plenitud.
La coincidencia de las citas obligó a algunos a escoger y a otros a estar en parte en un encuentro y luego en el otro. Hubo quienes delegaron en sus subordinados; pero otros, sin embargo, como las familias mallorquinas Escarrer- padre e hijo- y la de Fluxá se hicieron presentes en los dominios del Oriente Cubano.
Como bien señala un prestigioso digital hispano, además de los propietarios de Meliá e Iberostar, en ese orden, también se decantaron por la Antilla Mayor otros dueños y responsables de cadenas hoteleras. Aun así- según patentiza la propia fuente- las de Mallorca son las que brillan con más esplendor.
La incongruencia de la fecha se dio pero, apartándonos de lo que ya no tiene remedio, Debemos destacar que tanto Dominicana como Cuba se afianzan cada vez más en el mapa del ocio universal.
Las cifras de visitantes se incrementan de año en año, batiéndose marcas sucesivamente, lo cual permite aventurar nuevas buenas temporadas, tras el comportamiento alcista de los primeros meses del calendario en marcha.
Tanto uno como el otro destino saben de los desafíos de dar respuesta a demandas crecientes y con calidad y profesionalidad de los servicios, frente a panoramas en que los clientes son cada vez más exigentes y están a la espera de nuevas experiencias.
Los dominicanos, luego de lograr los seis millones en 2016, van camino de los 10 millones, un viejo sueño del Presidente Danilo Medina, y apuestan por mejoras en la infraestructura y en la preparación del personal.
En tanto, los cubanos han tomado la senda de la diversificación, de la mejora del producto turístico, de la ampliación de la disponibilidad de habitaciones- de lo que mucho se ha dicho ya en FITCuba- y si los flujos de vacacionistas continúan en ascenso, la cota estimada hasta diciembre de cuatro millones 200 mil visitantes podrá ser superada, sin contar aun- de lo que sí dispone Dominicana- con el inmenso caudal que significa un mercado natural como EE.UU., vedado para la Isla por el bloqueo.
Ojalá que en próximas ediciones no haya que lamentar similar
coincidencia, pues lo verdaderamente relevante es que todas las partes ganen y que ambos destinos sigan poniendo al Caribe en posición prominente en el mundo.
(Tomado de la ACN)