Por Nicanor León Cotayo
La sección Trasfondo, del Nuevo Herald, asomó este sábado la verdadera política que se hace en aquella ciudad.
Lo hizo bajo la firma de David Smiley, y el título “Juego de Tronos con sabor local”.
Sin muchos rodeos comienza escribiendo, el hijo del alcalde hace campaña por un escaño en la Comisión de la localidad como rival de la esposa de otro concejal.
Asimismo, de un ex alcalde, hermano del funcionario que está saliendo del puesto.
Paralelamente, escribe Smiley, el hombre que intenta ser el próximo alcalde es hijo de alguien electo con anterioridad para igual cargo en el municipio Miami-Dade.
¿Cuándo? Luego que allí una de sus bancas fue dejada vacante por un político que se hizo alcalde en ese territorio.
Dado este laberinto, aquí el analista Smiley interrogó a sus lectores: ¿Puede seguir el hilo?, y se auto respondió: “esto confunde a cualquiera”.
Pero, escribió, a medida que nos acercamos a las elecciones de noviembre, el mundo político de Miami se parece a la serie Juego de tronos.
“Familias que han dominado la ciudad durante décadas siguen luchando encarnizadamente por los mismos puestos”.
En algunos barrios, añade el articulista, su boleta podría hacer creer a los votantes que están en la década de 1990.
Chocaban entonces, subraya, los apellidos Regalado, Barreiro, Carollo y Suárez.
Como ahora los patriarcas de esas familias se acercan al “otoño”, sus hijos y cónyuges prosiguen la herencia política.
Una personalidad de la radio floridana, Fernand Amandi, sintetizó el espectáculo con una frase, el “Día de la Marmota”.
Hacía alusión a una película donde su protagonista vive el mismo día varias veces.
“Ya no sé si estamos en 1997 o en el 2017”, reconoció Amandi.
Por su lado, Smiley comentó, las dinastías políticas no son un fenómeno exclusivo del sur floridano.
Como tampoco es nuevo que los Díaz-Balart “han reinado durante décadas en el área”, nada más nombrar una familia conocida.
Luego escribe que los intentos de pasar la antorcha son especialmente comunes en Miami, donde solo hay seis puestos disponibles cada cuatro años.
Esta semana entró en campaña Tommy, hijo del alcalde Tomás Regalado.
¿Frente a quién competirá? A Zoraida Barreiro, esposa del comisionado condal Bruno Barreiro, y al ex alcalde Joe Carollo, hermano del comisionado saliente del distrito tres, Frank Carollo.
La candidatura de la señora Barreiro, puntualiza el reporte, abarca un territorio que se extiende desde la titulada Pequeña Habana hasta West Brickell.
Su cruzada, añade, tiene lugar a continuación de una racha de 25 años de victorias por parte de su esposo en Tallahassee (capital de la Florida), y en la Comisión de Miami-Dade.
A la vez, el hijo del alcalde está tratando de hacer que “por 22 años consecutivos haya un Regalado en un puesto electo”.
“El es como yo. Le gusta hacer campaña”, dijo el alcalde. “Bueno, a todos mis hijos les gusta hacer campaña”.
Su hija Raquel, abandonó la Junta Electoral para desafiar al alcalde condal, Carlos Giménez.
Antes perdió frente a él su cuñada, quién actualmente ocupa la responsabilidad que tenía Raquel en esa Junta.
Todavía se rumora que ella se postulará para la alcaldía de la ciudad.
Todo precedido por las elecciones de 2015, cuando Teresa Saranoff gastó en vano casi un millón de dólares para sustituir a su esposo como concejal en el distrito cinco de la urbe.
Ello, escribió finalmente David Smiley, resultaría suficiente para que la red de los linajes políticos de Miami “parezca un enredillo de cables”.
Luego de esta muestra, ¿puede alguien negar que en la famosa Ciudad del Sol ha actuado lo más parecido a una dinastía política?
No obstante, vale la pena aclararlo, siempre en nombre de la libertad y la democracia.
(Tomado de Cubasí)